La Realidad Digital

La realidad digital o algunas propuestas sobre el camino hacia el ensayo fílmico

Este trabajo El artículo parte de una reflexión acerca del eclipse
de la realidad que se produjo durante la década de
los noventa con la irrupción de las nuevas
tecnologías y por el hecho de que los medios de
comunicación pusieron la realidad bajo sospecha. La
nueva década, en cambio, apunta un cierto retornohacia la realidad, cuyo punto neurálgico se
encuentra en la utilización de la tecnología digital.
Sin embargo, este retorno hacia la realidad va más
allá de las fronteras establecidas entre realidad y
ficción, para abrirse hacia otros caminos. Por este
motivo, el artículo reivindica la noción de ensayo
fílmico y examina algunas propuestas encaminadas
en esta dirección.

El proceso depuesta en crisis de la realidad no es
patrimonio exclusivo del cine de nuestro país, sino que forma
parte de un síntoma de un tiempo en el que la
posmodernidad debilita el pensamiento y decide poner la
realidad entre paréntesis. La década de los noventa se
caracterizó por el escepticismo ante cualquier atisbo de
verdad en las imágenes. Este escepticismo arranco con
el descrédito de lainformación provocado tras el fracaso de
la primera guerra del Golfo, vendida por las cadenas como
la primera guerra televisada y convertida al final en una
guerra sin imágenes. Todo este escepticismo condujo al
mundo hacia lo que Ignacio Ramonet acabó bautizando
como era de la sospecha. En un determinado contexto, el
mundo pasó a ser observado como una representación y el
individuo se transformóen un ser paranoico perdido ante un
universo donde todo se volvía visible. La irrupción de
Internet, como nueva forma de entender cualquier relación
posible entre el espacio y el tiempo, acabó rompiendo con
las formas tradicionales de censura y todos los datos del
mundo empírico empezaban a provocar una extraña
sensación de desconfianza. La crisis de la verdad coincidió
con el surgimientode los no-lugares virtuales del
ciberespacio, que han transformado las coordenadas del
espacio y el tiempo. Por otra parte, la irrupción de la imagen
digital provocó un proceso de desmaterialización de las
imágenes hasta el punto de que perdieron su condición de
huella del mundo visible para transformarse en simples
datos informativos, en píxeles procesados y tratados
mediante un escáner. Enel mundo del cine, todos estos
procesos abrieron un curioso camino en la elaboración de
discursos. Mientras que a principios de la década, poco
después de la guerra del Golfo, el tema de debate se
centraba en el problema de los límites de la representación
de la violencia —Asesinos natos (Natural born killers,
1994), de Oliver Stone, o La carnaza (L'appât, 1995), de
Bertrand Tavernier—, amediados de la década el tema
central pasó a ser la reflexión sobre la suplantación del
mundo por diferentes sistemas de representación —El
show de Truman (Truman's Show, 1997), de Peter Weir, o
La vida es bella (La vita è bella, 1998), de Roberto Begnini.
Todo este proceso de transformación de lo real por mundos
posibles o virtuales, desembocó finalmente en el
surgimiento de fantasmas oseres espectrales que desde el
más allá no pararon de marcar la vida de los vivos —El
sexto sentido (The Sixth Sense, 1999), de Night
Shyamalan, y Los otros (The Others, 2001), de Alejandro
Amenábar) (3).
Resulta evidente que, apesar del surgimiento de la
posmodernidad, en el cine, surgieron diferentes formas de resistencia,
sobre todo en determinados modelos de cine de autor, en
los que lacreación va acompañada de una autorreflexión
sobre la propia imagen. Algunas películas significativas
como El sol del membrillo (1992), de Víctor Erice, Tren de
sombras (1997), de José Luis Guerín, L'arbre de les cireres
(1998), de Marc Recha, o Mones com la Becky (1999), de
Joaquim Jordà, se presentaron como obras a
contracorriente, que proponían una reflexión sobre cómo la
imagen...