La Realidad Latinoamericana

Filosofías de la Vida y la Muerte
o en el seno de ciertas angustias



“Ángela: De noche los muertos andan por las alamedas del cementerio antiguo y nadie oye sus címbalos. Un clarinete desafina agudo y mudo. Yo me estremezco en mi cama bajo el escalofrío que me crispa y no. No grito. No. Pero estoy a duras penas viva. Me reduzco a una respiración ahogada. Pienso muybajo y lento: si estoy viva es porque voy a morir. El clarinete suena de nuevo. Y ahora voy a apagar la luz y a dormir.” Clarice Lispector[1].


“¿Quién, en el seno de ciertas angustias, en el fondo de algunos sueños, no conoció la muerte como una sensación destructora y maravillosa con la que nada puede compararse en el orden del espíritu?” Antonin Artaud.[2]



I“Y justamente con ese sentimiento de veracidad desesperante donde te parece que vas a volver a morir, que vas a morir por segunda vez (Y te lo dices, enuncias que vas a morir. Vas a morir: Voy a morir por segunda vez). Y de pronto, no se sabe qué humedad de un agua de hierro o de piedra o de viento te refresca hasta lo indecible y te alivia el pensamiento, y tú mismo te derramas; derramándotehacia tu muerte, hacia tu nuevo estado de muerte, te realizas. Esa agua que se derrama es la muerte, y desde el momento que te contemplas en paz, que registras tus nuevas sensaciones, desde ese momento comienza la gran identificación. Estabas muerto, y he aquí que, una vez más, te sientes vivo, -SÓLO QUE, ESTA VEZ, ESTÁS SOLO.”[3]

Jonas explica que “en los comienzos de la interpretación humanadel ser, había vida por todas partes, y ser era lo mismo que tener vida”.[4] Esto es lo que Jonas llamará Panvitalismo, comienzo de los albores de la humanidad en donde no hay materia inanimada, muerta, si no que la vida atraviesa todo aquello que se palpa. La presencia de la vida en todo lo existente nos habla de un momento en donde en cierta forma se encuentra aquello que Heidegger intentarevalorizar al poner en consideración la teckné poiética: una totalidad-mundo en donde la relación entre los entes es inevitablemente, una relación inescindida del Ser. Es decir, la ausencia de dicotomías racionalistas que vendrán posteriormente con la ruptura filosófica socrática, la fundación de la subjetividad y el olvido de la pregunta por la esencia del Ser.
Si todo es vida, la muerte es eso otroque implica misterio, es la negación, es el enigma que contradice el vitalismo existente; y por eso, es, según Jonas, el primer problema que la humanidad comienza a plantearse.
La más temprana metafísica intenta dar respuesta a la pregunta por la muerte; comprender la muerte es en ese entonces negarla, “hacer de ella un cambio de forma de la vida”[5]. Los ritos funerarios implicaban así laconstancia de la vida más allá de la muerte, porque la vida constituía el terreno ontológico por excelencia. La muerte era aquello que parecía marcar el límite de la vida, y que por eso mismo se intentaba comprender.
“A los ojos de mi espíritu, usted carece de límites y de bordes, es absoluta, profundamente incomprensible”[6], dice Artaud. El no saber si Artaud está hablando de la vida o de la muertenos muestra la forma en que ambas estaban implicadas en un Ser cuya totalidad era cuerpo.

II
“Lo horrible, Señora, está en la inmovilidad de esos muros, de esas cosas, en la familiaridad de los muebles que las rodean, de los accesorios de su adivinación, en la indiferencia tranquila de la vida en la que usted participa igual que yo.” [7]

Los problemas filosóficos fueron variando con losdesplazamientos histórico-sociales, y en la modernidad, con el pensamiento racionalista y cientificista, todo pasa a ser objeto inerte de estudio. La muerte deja de ser el enigma y pasa a ser pura materia, “desnuda de todo rasgo de vida”.[8]
Descartes duda de todo, incluyendo de la naturaleza y los propios sentidos, menos de que existe; con Kant “la cosa en sí” pasa a ser incognoscible; el...