la rebelion de los niños

Páginas: 37 (9204 palabras) Publicado: 29 de agosto de 2014
Cristina Peri Rossi: La rebelión de los niños
Nos conocimos por casualidad en una exposición de arte, en la planta baja del edificio. La exposición la organizaba el Centro de Expresión Infantil y allí estaban reunidos una serie de objetos experimentales, que habíamos realizado en nuestro tiempo libre o en las horas dedicadas a las tareas manuales, ya que, según las modernas teorías dePsicología y de Recuperación por el Trabajo, nada era mejor para nosotros, ovejas descarriadas, que entregarnos de lleno a la tarea de expresarnos a través de la artesanía, la manufactura o el deporte. Para conferirle a todo el asunto un aire de espontaneidad más genuino, no se había hecho una selección previa del material, sino que cada uno de nosotros pudo presentar lo que quiso, sin someterse a ningúnrequisito previo, salvo a aquellos que rigen para todas las actividades de la república, claro está, y que tienden a defendernos del caos, del desorden, de la subversión disimulados tras apariencias inofensivas como sucede con el arte, por ejemplo, en que muchas veces, bajo el aspecto de experimentación o la libertad creadoras, se introduce solapadamente el germen de la destrucción familiar, delaniquilamiento institucional y la corrupción de la sociedad. Todo esto en un cuadro, solamente. Yo había encontrado en el garaje de la casa que ocupa mi familia (no sé si llamarla de esta manera, pero dado que el lenguaje es una convención, o sea, una parcial renuncia a mi soledad, a mi individualidad, no veo inconveniente alguno en llamarla así, porque si la llamara de otra manera, no convencional—si la llamara, por ejemplo, goro, apu, bartejo, alquibia o zajo— nadie me entendería y el invento del lenguaje perdería sentido, porque ya las madres no tendrían qué enseñarles a sus hijos pequeños, y el día que los padres no sirvan como intermediarios para que un convencionalismo se transmita generacionalmente, ¿me pueden decir qué sucederá con las nociones de autoridad, respeto, propiedad,herencia, cultura y sociedad?) una silla vieja, a la que quité toda la urdimbre de paja, conservando solamente el esqueleto de madera. Permití, con todo, que algunos pedazos de la tela del forro le colgaran, como pelo viejo, como estigmas de una vida pasada en el arroyo. Esta frase tan bonita se la debo a mi familia. El sentido con que la usan es vulgar, aunque la imagen tenga su belleza. El tipo que lainventó, hace quién sabe cuántos años, debió ser un gran poeta o algo así, esos tipos que tienen intuiciones geniales, pero después la sociedad se apropia de las cosas para su uso convencional y las imágenes se decoloran, pierden intensidad, efecto, gracia, y aunque siguen sirviendo para que una cantidad de monos se comuniquen, ya no es lo mismo. Repetí la frase varias veces, cerrando los ojos,hasta olvidar por completo el viejo sentido con que había llegado hasta mí, y me puse a imaginar a partir de ella. “Pasarse la vida en el arroyo” me sugería fantasías tan ricas, tan llenas de colores, formas y climas que decidí adoptarla con diversísimos usos. Por ejemplo, en cuanto te vi, pensé que algo de se color verde de tu piel, musgosa, llena de líquenes y de algas, se debía, indudablemente, aque desde nacida habías vivido en el arroyo (un arroyo muy verde, lleno de sauces y de árboles que dejaban colgar sus ramas en el agua), en contacto permanente con plantas, peces, piedras, tierra húmeda, ah, y la sinuosidad de las barcas. Esa también la tenías. Pero en las líneas del cuerpo. En cuanto a los ojos, supe en seguida distinguir su color: se trataba de un tono ultramar, que podíaacentuarse o no, según el estado del tiempo: si había nubes negras, si cobrizas, si de plomo, si irisadas, si marea alta o baja. Por momentos se oscurecía, a impulsos de alguna corriente interior morosa, opresiva, o por el contrario, aclaraba perlándose, cuando la luz te daba en la cabeza, en la frente, sobre los cabellos. Navegar en esas aguas podía ser estremecedor. Soy un buen nadador. Podría...
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