La reforma política en argentina y américa latina

La reforma política en Argentina y América Latina.
Introducción.
Al inicio del Siglo XXI, la situación política de América Latina es radicalmente diferente de la que tenía hace más de dos décadas. América Latina vive, desde hace más de dos décadas, el proceso de redemocratización más largo, extenso y profundo de toda su historia; aunque la democracia no sea impecable ni inmune a amenazas eshoy, a excepción de cuba, la única forma de gobierno en toda la región. Además encontramos que nuestra región viene experimentando una doble transición, que en algunos países es triple: la primera, del autoritarismo a la democracia; la segunda, de economías fuertemente intervenidas por el Estado y relativamente cerradas, a economías más abiertas y orientadas al mercado; y la tercera (que aplica sóloa ciertos países), de la guerra a la paz.
Una de las características centrales de este proceso -iniciado en Ecuador y la República Dominicana, en 1978, en el marco de la “Tercera Ola” y extendido en etapas sucesivas al resto de los países de la región con la única excepción de Cuba- pasa por los desajustes que se han producido entre la política y la sociedad. Para algunos existe no sólo unretraso en las formas de hacer política, sino también en las formas de pensar la política.
En el centro de esta crisis están Los partidos políticos y los políticos, lo que coloco a la política “bajo sospecha” en un buen número de países de la región. En 2001 encontramos reflejada esta situación de disconformidad en datos de las encuestas del latinobarometro, donde solo un 25% de latinoamericanos,están satisfechos con el funcionamiento de la democracia; descontento que hasta el 2000 no había trascendido, por ejemplo, en 1996 la democracia tenía un respaldo del 60%, lo que cambió radicalmente en 2001 que cayó al 48%. Decayendo también el grado de confianza en las instituciones especialmente con respecto a los partidos y el parlamento.
Este déficit democrático que enfrenta actualmente la región(con diferencias importantes entre los países que la integran), unido a un difícil contexto económico y social que, pese a sus reformas y avances, sigue presentando niveles de crecimiento bajos y volátiles, combinado con altos porcentajes de pobreza (40%) y de distribución desigual de la riqueza (la peor a escala mundial), ha generado una creciente preocupación por la salud de la democracia enAmérica Latina en términos de su profundización, consolidación y perdurabilidad.
Después de dos décadas de reformas neoliberales, inspiradas en el llamado "Consenso de Washington", los hechos se han encargado de dejar en claro los límites de este enfoque. Por ello, el debate viene poniendo énfasis en la necesidad de una segunda generación de reformas, haciendo hincapié en la dimensión institucionaly en una revalorización de la política.
La región necesita no sólo una nueva agenda para la reforma económica, sino también una clara y renovada agenda de reforma política dirigida a tratar de equilibrar, ajustar y sintonizar los sistemas políticos con las nuevas realidades sociales y las crecientes exigencias de la ciudadanía en búsqueda de mayor y mejor representación y gobernabilidad.Afortunadamente, este proceso ya se ha iniciado en un buen número de países mediante una segunda oleada de reformas políticas-electorales, constitucionales y/o legales.
La reforma política en América Latina.
En nuestra época, con los desajustes que existen entre la política y la sociedad, los serios problemas en la institucionalidad democrática (que produjo una generalizada desconfianza institucionalparticularmente con partidos y parlamentos), más la crisis de gobernanza, llevaron a los países latinoamericanos (durante las últimas 3 décadas) a una intensa agenda de reformas constitucionales y políticas. Ciertamente, a partir de 1978, los países de América Latina experimentaron la necesidad de impulsar una clara y renovada agenda de reformas dirigidas a tratar de equilibrar, ajustar y...