La reivindicación de la cultura del trabajo

América Latina: una nueva declaración de Independencia
Poder obrero en Argentina. La reinvención de la cultura del trabajo

La clase trabajadora en Argentina a diez años de la rebelión popular

En el curso del presente año se conmemoran diez años de la rebelión popular que puso fin a la presidencia de Fernando de la Rúa. La irrupción popular "destituyente" conmovió hasta las raíces delrégimen y tuvo como respuesta el transitorio mandato de Eduardo Duhalde y, algunos meses después, la salida electoral que puso a Néstor Kirchner en la Casa Rosada, iniciando una gestión que se prolonga en la de Cristina Fernández de Kirchner.
El levantamiento no revolucionó la estructura socioeconómica del país, pero transformó sustancialmente el panorama y las reglas del juego político, losequilibrios internos del establishment y el comportamiento de las clases subalternas.
Néstor Kirchner anunció un "proyecto nacional y popular" que, según dicen hoy algunos "progresistas" y gran parte de los dirigentes sindicales, viene haciendo realidad las aspiraciones de los trabajadores. La oposición patronal, en el otro extremo, denuncia que el populismo y la permisividad gubernamental alientan unaescalada sindical contra la rentabilidad empresaria y la propiedad privada. Más allá de la retórica de unos y otros, importa examinar el conflicto social en sus rupturas y continuidades. ¿Qué cosas han cambiado desde el punto de vista del trabajo? ¿Cuál es el protagonismo de los asalariados? ¿Qué pasa en/con los sindicatos?

Me aproximaré a estas cuestiones escogiendo dos núcleos problemáticos: loocurrido en el momento de la rebelión popular y lo más álgido de la crisis; y el panorama que resulta de los sucesivos gobiernos kirchneristas (y el revitalizado rol de las jerarquías sindicales) estrechamente relacionados con el artículo “Poder obrero en Argentina. La reinvención de la cultura del trabajo” de Marie Trigona; donde nos habla de lucha obrera, la violencia contra los trabajadores yel movimiento sindical.

El "Movimiento Obrero Organizado" faltó a la cita.

La rebelión popular de diciembre de 2001 no obedeció la convocatoria de ningún dirigente. Fue detonada por una aguda crisis económico-social y desatinadas medidas gubernamentales. Contra la insultante miseria que empujaba a saqueos, contra "el corralito", contra el estado de sitio dictado por la soberbia del poder,inesperadamente, una multitud salió a "cacerolear". Ganó las calles de varias ciudades y en Buenos Aires se auto-convocó a Plaza de Mayo para instalar, en el más simbólico espacio público, aquella exigencia que fue una pesadilla para los de arriba: "Que se vayan todos". El frontal rechazo a toda una clase política inoperante y corrompida y la irrupción de masas puso en evidencia que no se estabaante una crisis económica más, sino en una profunda crisis orgánica en la cual los mecanismos que expresan la hegemonía de la clase dominante estaban radicalmente cuestionados.
Lo espontáneo suele incluir una larga y trabajosa preparación. En este caso, a lo largo de todo el año 2001 se habían sucedido, numerosas expresiones de la crisis económica y protestas sociales cada vez más extendidas. A losreclamos de las organizaciones "piqueteras" que se gestaban desde los noventa, se sumó una escalada de huelgas. La tensión creció hasta tal punto que la Huelga General Nacional convocada por las direcciones sindicales el 13 de diciembre fue convertida por los activistas de base en un "paro activo" con acciones de lucha callejera. Pero cuando decenas de miles querían ocupar la Plaza de Mayo y erapreciso poner el cuerpo a la criminal represión policial, la Confederación General del Trabajo (CGT), el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) y la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) –dirigida por Hugo Moyano- sacaron a sus militantes de la calle y los mandaron a su casa. La firmeza o inteligencia política con que las cúpulas sindicales habían acompañado la lucha popular es muy...