La religión y la política, una relación blindada
LA RELIGIÓN Y LA POLÍTICA, UNA RELACIÓN BLINDADA
En ocasiones podríamos pensar que la religión y la política son asuntos diametralmente opuestos, dado que el imaginario colectivo asume que a una le concierne la espiritualidad y el alma del ser humano de manera integral y la otra, es proclive a las cuestiones netamente terrenales, siendo que esta idea se ajusta al quehacer denuestros representantes políticos, la ambición material y el desinterés de su profesión por un servicio social. Sin embargo, esto no es así, ambas coinciden en un punto, la estructura de la institución tanto eclesiástica como política depende del funcionamiento de una burocracia que implica jerarquías, así como también al interior de cada una, hay corrientes ideológicas que están en pugna por alcanzarya sea el poder divino o el poder material, respectivamente. En estas últimas fechas la realidad ha demostrado que la religión católica y la política que se práctica en nuestro país guarda una relación casi perversa, desdibujándose así la línea entre lo espiritual y lo terrenal.
A pérdida del lugar central de la religión como elemento estructurador de la vida social parecía ser una constanteen el mundo occidental. Sin embargo, en las últimas décadas hemos asistido a un retorno de lo religioso o mejor dicho a una recomposición de lo religioso como integrante esencial de fenómenos sociales y políticos.
En la América Latina esa recomposición de lo religioso está representada principalmente por una pluralización, donde la Iglesia Católica ha perdido su situación casi monopólica. En esecontexto, es notorio el avance de los grupos protestantes de nuevo cuño, la revitalización de religiones indígenas ancestrales, las expresiones de religiosidad presentes en ambientes no convencionales, el surgimiento de nuevos movimientos religiosos, la disolución del núcleo fuerte del laicismo (Parker, 1994) y del anteclericalismo criollo, el cual se manifiesta en el reconocimiento y respetode lo religioso aún en uno de los Estados más laicistas del continente como lo es México.
La consideración de México como uno de los países más laicistas del continente puede ser interpretada como una paradoja, si se toma en cuenta que en él, la religión, en general, y la religión católica en particular, siempre ha desempeñado un papel central en la vida nacional.
De hecho, no es exagerado decirque el catolicismo de origen español, que llegó con la conquista, modeló la sociedad durante más de cuatro siglos y que su influencia se extiende hasta nuestros días. En el contexto mexicano, la religiosidad sigue siendo evidente, a pesar de un proceso de secularización institucional impulsado por el Estado a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Ese proceso de secularización, cobró mayorfuerza en el contexto urbano entre los sectores medios ilustrados. En el medio rural, su avance fue mucho menos importante, sobre todo en las comunidades indígenas, donde aún puede hablarse de la centralidad de lo religioso a un grado tal que algunos autores sostienen la existencia de una religiosidad englobante[2].
Sin embargo, en la actualidad, el monopolio religioso del catolicismo ha desaparecido, o por lo menos experimenta un innegable retroceso, dando lugar a un proceso de recomposición de lo religioso que se expresa en la creciente diversidad religiosa y en las diferentes posiciones que existen en el seno de la Iglesia Católica.
En ese sentido, la renovada participación de la jerarquía de la Iglesia Católica en la vida pública mexicana y la actuación de sectores de esa mismaiglesia en procesos de organización popular son ejemplos de esa recomposición. Por otro lado, asistimos a un acelerado crecimiento de las iglesias protestantes y a la aparición, aunque incipiente, de los llamados nuevos movimientos religiosos. Los cuales se caracterizan por tener una gran variedad de formas de expresar la religiosidad y por la escasa o nula institucionalización de esas mismas...
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