La Republica Dominicana

Introducción

La última década ha sido un período de profundas transformaciones económicas, sociales e institucionales para América Latina y el Caribe, que han contribuido al descenso de la inflación, al saneamiento de las finanzas públicas, al dinamismo de las exportaciones se han acelerado y a la firma de acuerdos comerciales entre diferentes bloques, que le han dado impulso a la integraciónde la región.
La CEPAL ha dado cuenta de estos avances, pero también ha señalado rezagos –sobre todo en materia social– y discutido posible camino para retomar la senda de crecimiento sostenido con equidad. La CEPAL considera que, en algunos casos, las reformas de primera y/o segunda generación son la causa de algunos problemas que enfrentamos, por lo que en esas oportunidades se precisa“reformar las reformas.” Asimismo, hemos comprobado que los efectos de reformas semejantes pueden ser muy distintos de país en país, por lo que no se puede hablar de recetas o fórmulas únicas que garanticen resultados óptimos.

La República Dominicana

El crecimiento de la década pasada fue decepcionante para el conjunto de la región pues, aunque superó al de los ochenta, fue muy inferior al de décadasprevias; en algunos países los efectos distributivos han sido regresivos y la pobreza sigue afectando a un núcleo considerable de familias en la mayoría de los países. Por ello, la CEPAL propone una reorientación de los patrones de desarrollo de la región en torno a un eje principal: la equidad, es decir la reducción de la desigualdad social, con vistas a lograr mayores niveles de bienestar parael conjunto de la población. Ello debe hacerse, además, en el marco de un mayor dinamismo de los sectores productivos y de la extensión de los sistemas democráticos.
En este marco de grandes agregados, promedios y tendencias generales, el desempeño económico de la República Dominicana en la última década ha sido distintivo, porque ha combinado simultáneamente una alta tasa de crecimiento económicocon baja inflación y estabilidad fiscal, monetaria y cambiaria, algo poco frecuente en el pasado reciente de América Latina y el Caribe. Así, después del retroceso de 1990 (-6%), el producto interno bruto (PIB) del país creció en promedio 6% anual en la década de los noventa –el doble del promedio latinoamericano y el segundo ritmo más alto de la región–. La inversión real aumentó al 10% anual ylas exportaciones de bienes y servicios se triplicaron en los noventa, superando los 8 000 millones de dólares.

La política económica y las reformas instrumentadas en el país han coadyuvado a mantener la estabilidad macroeconómica. La inflación ha descendido a niveles de un dígito, el 2 tipo de cambio se ha estabilizado y se han logrado avances en la salud de las finanzas públicas. En el sectorexterno, el déficit de la balanza comercial de bienes ha sido contrarrestado por los superávit de generados por las zonas francas, el turismo y las remesas de los emigrantes, así como los elevados flujos de inversión extranjera directa, lo que ha mantenido el desequilibrio de la cuenta corriente de la balanza de pagos en niveles razonables como proporción del PIB.
Los sectores que han lidereadoeste crecimiento –el turismo, las zonas francas, las telecomunicaciones, la construcción y servicios vinculados con los anteriores– han consolidado un segmento moderno, innovador, dinámico y competitivo.
En contraste, existe un grupo amplio de empresas en donde se mantienen niveles de competitividad reducidos, que tienen un acceso limitado al crédito y atraso tecnológico, lo que ha dado comoresultado una estructura productiva nacional heterogénea. Visto de otra forma, el auge económico no ha sido parejo, lo que conspira contra el desarrollo con equidad y dificulta la superación de la pobreza. El gasto social se incrementó a un ritmo anual del 11% real en la última década. No obstante, su incidencia en el PIB sigue siendo una de las menores de América Latina: menos de 7% frente a un...