La responsabildad

Recientemente la Anticoncepción de Emergencia (AE) ha sido incluida en la Norma Oficial Mexicana de los servicios de Planificación Familiar (NOM-SSA2-005-1993)1, y en el cuadro Básico(CB) de medicamentos de la Secretaria de Salud.2-3 Sin embargo, proveer a los/las adolescentes información concreta sobre el uso adecuado de la AE entraña grandes retos para losprogramas de salud sexual y reproductiva, especialmente por las controversias que se han generado en torno a este método.

La AE, llamada así por tratarse de un método para el control de lanatalidad que no es de uso cotidiano,4-7 puede utilizarse inmediatamente o hasta cinco días después en caso de uso incorrecto o falla de un método anticonceptivo, o bien de una relaciónsexual forzada (violación).8-9 Esta, constituye una valiosa oportunidad como respaldo anticonceptivo postcoital por ser un método simple, seguro y efectivo1,6 que pueden utilizar lasmujeres para prevenir un embarazo no deseado. A pesar de lo que ha sido indicado por ciertos grupos de oposición, la AE no tiene la propiedad de interrumpir el embarazo.10-11

EnEstados Unidos, la Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó recientemente la venta libre de AE a mujeres mayores de 18 años.12 No obstante, estudios enese país reportan que se enfrentan a ciertas dificultades para el acceso a AE, porque existe la creencia difundida de que los anticonceptivos de emergencia son métodos abortíferos oespermicidas tóxicos para el organismo. Ante esto, con frecuencia los adolescentes y particularmente las mujeres pueden sentirse avergonzados de acudir y solicitar este método en unaclínica de planificación familiar, principalmente por temor a posibles actitudes de los proveedores como por ejemplo que emitan juicios de valor relacionados con su oposición a la AE.13-14