La Responsabilidad Moral En El Mundo
DESDE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA CATÓLICA
Javier María Iguíñiz Echeverría*
I. CRÍTICA A LA ECONOMÍA MODERNA: ALGUNAS NOTAS
1. Autónoma de los poderes económicos y promotora del desarrollo. La Iglesia no puede correr el riesgo “de amoldarse a los sistemas económico-financieros existentes, en vez de corregir sus disfunciones”.
Recuerdaque la vocación de servicio que debe primar sobre la tentación de ser servidos, incluye ineludiblemente dimensiones macrosociales, por ejemplo, económicas, políticas y culturales.
2. Del desarrollo económico al desarrollo humano
Se dirá ahí que “La verdad del desarrollo consiste en su totalidad: si no es de todo el hombre y de todos los hombres, no es verdadero desarrollo. Éste es el mensajecentral de la Populorum Progressio válido hoy siempre”. La economía no puede estar bien si la gente no lo está. Del mismo modo la política.
3. El cuidado de la dignidad durante la marcha
Se ha dicho bien que la Iglesia no le toca darnos un modelo de la economía pero eso no es excusa para olvidarse de la realidad. La dignidad humana hoy no puede ser respetada cuando es subproducto de la búsqueda deobjetivos que, de hecho, la instrumentalizan y degradan.
Esta situación se llama a “corregir las disfunciones” que causan “nuevas divisiones entre los pueblos y en su interior”.
También a evaluar las organizaciones y sus reglas: “Las actuales dinámicas económicas internacionales, caracterizadas por graves distorsiones y disfunciones, requieren también cambios profundos en el modo de entender laempresa”.
DOS AUTONOMÍAS: LA ECONOMÍA Y LA MORAL
1. El absolutismo de la economía en la globalización: Aparecida
La realidad obliga a anunciar el Evangelio en medio de una grave distorsión de valores y de prioridades.
La pobreza hoy es pobreza de conocimiento y del uso y acceso a nuevas tecnologías.
2. Contra la autonomía moral de la economía
La concreción en el campo de ladisciplina económica consiste en dividir la actividad económica en tres partes: intercambio, producción y distribución. En vista de la naturaleza exclusivamente social de la distribución, Walrás planteó que la disciplina encargada de estudiar este campo de actividad económica era ya no la ciencia como en el intercambio, ya no el arte como en la producción, sino la ética.
La intervención estatal ypública debe restringirse entonces a la redistribución del resultado de la producción y el intercambio.
Hay muchas expresiones en ese sentido; una de ellas es la que señala que “La doctrina social de la Iglesia ha sostenido siempre que la justicia afecta a todas las fases de la actividad económica, porque en todo momento tiene que ver con el hombre y sus derechos”.
Con la globalización se ha llegado ala disminución de la reglamentación del mundo del trabajo. Estos procesos han llevado a la reducción de la red de seguridad social para conseguir mayores ventajas competitivas en el mercado global, con grave peligro para los derechos de los trabajadores, para los derechos fundamentales del hombre y para la solidaridad en las tradicionales formas del Estado social.
III. JUSTICIA EN EL TRABAJO YEN LA DISTRIBUCIÓN
Dentro de la economía, lo que más amerita atención de la Doctrina Social Católica es aquello de lo que más depende la familia y la vida humana: el trabajo. La relevancia de esto en el mundo de hoy sigue plenamente vigente.
1. “Violación de la dignidad del trabajo humano”
La encíclica, como acabamos de indicar toma muy en cuenta las reglas de la competencia que rigen hoy laglobalización. También, la alienación en el trabajo, de la pobreza asociada a la desocupación y a la “violación de la dignidad del trabajo humano”.
La propuesta de Juan Pablo II de una “coalición mundial a favor del trabajo decente” es seguida de una adhesión de Benedicto XVI que detalla el significado de la “decencia aplicada al trabajo”.
2. Siempre la justicia distributiva
El segundo gran...
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