La revolucion de los claveles

LA REVOLUCION DE LOS CLAVELES EN LA PRENSA ANDALUZA.
El golpe que el 25 de abril de 1974 acabó en Portugal con el Estado Novo fue el primer capítulo de un proceso de transición que terminaría transformando la Península Ibérica. ¿Cómo percibieron los andaluces aquellos acontecimientos? Y , sobre todo, ¿Podía influir la Revolución de los Claveles en el futuro de España?
Inmaculada CorderoOlivero
Universidad de Sevilla

No por tópico resulta menos cierto que la posición de España hacia el país con el que comparte el territorio de la Península Ibérica se ha caracterizado tradicionalmente por el escaso interés en cuanto acontecía en el país vecino. Aunque, para ser más exactos, eso ha sido así sólo después de constatada la imposibilidad de éxito de cuantos proyectos iberistas sediseñaron a lo largo de la historia, pues todos los ellos contemplaban, con mayor o menor disimulo, la recuperación de la unidad peninsular bajo hegemonía española. Esa falta de interés real, teñida no pocas veces de menosprecio, sólo es comparable al recelo que España despierta en Portugal. Todo ello a pesar de que ha existido un incuestionable paralelismo histórico entre los dos países y de quegeográficamente son los estados que están más unidos, y a la vez aislados del resto del continente, de cuantos componen hoy la unidad europea. Ni siquiera ahora, que ambos están integrados en ese proyecto común, han cambiado las condiciones. Generalmente colaboran poco, viven de espaldas manteniendo una amplísima línea fronteriza que continúa siendo una de las más atrasadas del ámbito comunitario.
Noobstante, esa falta de interés característica no fue precisamente la tónica del periodo que se desarrolló entre la “revolución de los claveles”, de abril para los portugueses, y la aprobación de la Constitución de 1976, sino todo lo contrario. La opinión pública española siguió con expectación lo que ocurría en el país vecino. La especificidad del propio fenómeno, una revolución que terminaba conuna situación dictatorial para sustituirla por un régimen de libertades custodiado por el mismo ejército, y la forma en que los sucesos portugueses podían afectar al equilibrio internacional en plena distensión si los acontecimientos derivaban en un replanteamiento de las relaciones del país vecino con EEUU respecto a su pertenencia a la OTAN y las bases de las Azores, explican la curiosidad quelos acontecimientos despertaron. Pero, sobre todo, lo que justifica esa inusual atención eran las consecuencias que podían derivarse en la España del último franquismo de los sucesos de Portugal. Para unos se trataba de contemplar un espectáculo barroco cuyo final se presentía desastroso, porque no parecía posible que una dictadura militar desembocase en un régimen de libertades custodiado por losmilitares. Para otros muchos se estaban andando los primeros pasos de un proceso que traería la libertad a toda la Península Ibérica.
En la situación en la que España se encontraba, no resulta difícil entender la atención que la oposición al franquismo, los reformistas del régimen e incluso los ultras, prestaron a Portugal durante meses. De igual manera, parece natural que Andalucía, quecomparte con Portugal un territorio fronterizo que algún periodista calificaba como “telón de corcho”, viviese los acontecimientos del país vecino como algo propio, algo que podía afectarle en su vida cotidiana; de hecho lo hizo.
Un argumento muy repetido cuando se tratan las relaciones entre Portugal y España es la idea de que aquélla construyó su identidad nacional frente a ésta. Eso explicaría lalarga historia de prejuicios y malentendidos entre dos países. Sin embargo, en la revolución de abril se invierten los papeles. Ahora es la democracia española la que se construye frente a la revolución portuguesa. Durante tres años claves Portugal fue tubo de ensayo, ejemplo de lo que no debía ser y, en ese sentido, motor de lo que sería la propia transición política española. En tanto en...