la revolucion francesa
Instituto Universitario ESEADE
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LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Rubén H. Zorrilla
"Me parece encontrarme ante una grave crisis. No
sólo de los asuntos de Francia, sino de toda Europa y acaso
más que Europa."
Edmund Burke, Reflexiones sobre la Revoluci6n
francesa, noviembre de 1790.
1. El marco de la modernidad
Es el vasto horizonte de unproceso social único -por la dinámica de su
contenido, por éste mismo y la diversidad de sus consecuencias- que cubre
especialmente los países de Europa occidental, pero que toca también a sus
prolongaciones inmediatas en América y el oriente europeo, donde debe ubicarse
el fenómeno turbador y turbulento que se define como Revolución francesa.
Ese proceso, que ha conducido a experiencias socialesy personales por
completo inéditas en la especie humana -si las comparamos con el resto de las
culturas del pasado, cualesquiera que sean-, es el de la modernización. Sólo
Grecia y Roma anticipan, morigerados por las peculiaridades de su ámbito
histórico, rasgos y problemas que la evolución desatada en Occidente desde la
cantera proteica del medioevo revelarán como trascendentales para elhomo
sapiens. Pero por algo ambas culturas, fundidas en la vertiente judeo-cristiana, se
sitúan en las raíces de la cultura occidental.
La modernización debe analizarse, en sus aspectos más generales, según
algunas dimensiones fundamentales.
En primer lugar, un profundo impulso secularizador, que constituye su
médula revolucionaria (en cuanto determina una nueva visión del mundo y de la
vida)y que implica indiferencia hacia la religión en muchos aspectos de las
relaciones sociales, aunque no necesariamente irreligión o antirreligiosidad. En la
Revolución francesa, sin embargo, alcanzó este carácter, lo que no ocurrió, en
cambio, con la Revolución norteamericana -su inspiradora- ni en gran parte de
sus imitadoras, como la Revolución de Mayo.
En segundo lugar, una crecientecomplejización de las relaciones y las
estructuras sociales, visible sobre todo en el plano político y económico, pero no
menos espectacular en la cultura y particularmente en la cultura superior. Basta
pensar en el desarrollo de la ciencia, tanto en las teorías como en la elaboración
del método científico y la decantación, por primera vez, de una comunidad
científica internacional. Estasmanifestaciones tienen uno de sus indicadores más
evidentes en la conversión del libro en artículo comercial de alcance masivo: de
Revista Libertas 14 (Mayo 1991)
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ser una rara joya en manos del noble analfabeto, o del sacerdote -rutinario o
innovador-, pasa a ser leído por los plebeyos inquietos en los mesones, las
tabernas, o discutido en lasescuelas, universidades, hogares de burgueses y
palacios de mecenas.
Finalmente, la disolución, cada vez más acelerada, de la sociedad
aristocrática (lo que no supone la desaparición de la aristocracia o los
aristócratas), aquella fundada en la primacía institucional de guerreros y
sacerdotes, cuyo perfil patente era la cristalización de la desigualdad social en
estamentos y castas, donde seimponen culturalmente las prescripciones de
nacimiento y condición social para fijar rangos y privilegios en la extensa
jerarquía de diferencias que se generan inevitablemente en toda sociedad.
El agente inmediato de esta disolución es el avance, en todos los
intersticios del mundo medieval, de la economía de mercado, que violenta y
fractura criterios valorativos, sistemas de normas yestructuras sociales,
sustituyendo los principios prescriptivos de la acción social -que determinaban la
estabilidad (siempre relativa) de estamentos y castas- por los de adquisición o
desempeño, fundados en la competencia (un método impersonal de
descubrimiento y cooperación). La ampliación del mercado, entre la madeja de
prejuicios y prohibiciones típicas de la sociedad feudal, impuso nuevos...
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