La revolucion

Revolución
1. No sé gran cosa de política. Me parece bastante claro, sin embargo, que la revolución (o sea el concepto de revolución) es uno de los ejes del pensamiento y, mejor aún, de lasmentalidades que se han desarrollado en las épocas moderna y contemporánea. Siento, por lo demás, que por el concepto de revolución es legítimo abrigar simpatía o repudio siempre y cuando ambas posicionesestén emocionalmente sustentadas. Quiero decir que, a estas alturas, ningún punto de vista “objetivo” es creíble tratándose de una idea, de una práctica y de una fe tan emocional como la revolución.

2.Según lo anterior, descalificar o abrazar la revolución con argumentos que aspiren a ser puramente racionales acaba siendo una ociosidad. A lo que voy es a lo siguiente: quien admita lo que recién hedicho admite al mismo tiempo que nada es más realista que pensar en términos revolucionarios, ya que la revolución es una escuela de afectos y emociones. De seguro habrá unas revoluciones máspragmáticas que otras, unas más radicales, otras más efímeras, unas más fructíferas, otras más brutales, pero todas compartirán a fin de cuentas el rasgo del apasionamiento, del entusiasmo, de cierta dicha orevuelo infantil o adolescente que las buenas conciencias o las buenas familias (ah, los intachables) reprobarán con muecas de impaciencia y asco y alegatos en pro de la seriedad. Pero toda revolucióntoma su impulso en la vulgaridad y en el mal gusto, en la estridencia, en el humor pedestre y en los hábitos dudosos, estigmatizados como tales por quienes padecen sus efectos. Y la felicidad es de malgusto, es desafiante y grosera, elemental y censurable: de ahí que las revoluciones genuinas busquen su protección y la protejan, y de ahí también que las revoluciones falsas traten a toda costa defingirla.

3. Tratándose de arte, no creo que se pueda concebir ninguna revolución que no sea la revolución del estilo. Esto en primera instancia puede sonar frívolo, pero debe notarse que yo no me...