La revolución que nunca fue
La historia de los últimos años, y especialmente los acontecimientos dolorosos del 28 de junio, ha demostrado la existencia enSerbia de un movimiento subversivo cuyo fin es separar de la monarquía austro-húngara algunas partes de sus territorios (...). El gobierno imperial y real se ve obligadoa pedir al gobierno serbio la formulación oficial de que condena la propaganda dirigida contra la Monarquía austro-húngara (...) y que se compromete a suprimir, portodos los medios, esta propaganda criminal y terrorista (...).
El gobierno real serbio debe comprometerse:
1) A suprimir toda publicación que excite al odio y aldesprecio de la Monarquía y cuya tendencia general está dirigida contra su integridad territorial.
2) A disolver inmediatamente la sociedad llamada "Narodna Odbrana" (ManoNegra) y a confiscar todos sus medios de propaganda (...).
5) A aceptar la colaboración en Serbia de los órganos del gobierno imperial y real en la supresión delmovimiento subversivo.
6) A abrir una encuesta judicial contra los participantes en el complot del 28 de junio que se encuentran en territorio serbio. Los órganos delegadospor el gobierno imperial y real tomarán parte en las investigaciones correspondientes.
9) A dar al gobierno imperial y real explicaciones sobre los propósitosinjustificables de los altos funcionarios serbios que no han dudado, después del atentado del 28 de junio, en expresarse de manera hostil hacia la monarquía austro-húngara.
Elgobierno imperial y real espera la repuesta del gobierno real (serbio) lo mas tarde hasta el sábado 25 de este mes, a las cinco de la tarde.
23 de julio de 1914
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