La rogativa - Augusto Roa Basto

La rogativa
Salió despacio de entre los bananeros una pequeña niña. Alrededor de la boca tenia tierra, aún se chupaba los dedos en persecución de las últimas migajas. La tierra estaba dura y seca, ya no había tierra pegajosa y oscura ni debajo de los yuyos hasta su sabor empezó a cambiar a causa de la sequía. Pero por lo menos había calmado así su hambre. Solo la sed continuaba brillando con undoloroso reclamo al fondo de los ojillos color tabaco de la pequeña Poilú.
Con la sequía todo el pueblo había renovado su fe en Dios. La capilla resulto chica para contener el florecimiento del espíritu religioso. Todos trataban de merecer el perdón de Dios. La rogativa no cesaría hasta que la lluvia cayera sobre el pueblo.
Una de las particularidades más evidentes de la religión católica en elParaguay es expuesta en esta novela, todos se acuerdan de Dios solo cuando necesitan ayuda.
Poilú era hija de Anuncia que era concubina de Timoteo Almada, quien murió en el ciclón que asoló Villa Encarnación.
Con la sequía se había acabado todo, no brotaba ni la maleza. No quedaba otra cosa que rezar y esperar. Hacía 5 días que había comenzado la rogativa. El hambre y la sed daban una extrañaentonación a los rezos y a los cantos.
Anuncia atracaba el rancho y se iba a la rogativa. Poilú un rato después salía por la ventana y se iba a sus solitarios atracones de tierra.
Felipe, un viejo loco que habitaba en una pequeña gruta del arroyo, Poilú lo consideraba un buen amigo, pero Felipe tavy tenía maneras extrañas de explicar las cosas.
Un día cuando Anuncia volvía de la rogativa Poilúle comento sobre una de las conversaciones que había tenido con Felipe ese día, le dijo que según Felipe Dios no estaba en la Capilla y que allí solo había el mal aliento de la vieja bruja, las miradas de Anuncia se tiñeron de indignación, en el círculo de las ojeras amoratadas. Anuncia descargó un bofetón en la cara de Poilú, quien empezó a llorar silenciosamente con un hipo sordo que moría en lagarganta. La madre le prohibió que vuelva a hablar con Felipe, quien era su único amigo, el que le contaba cuentos y compartían juntos la esperanza de que algún día de entre las rocas del arroyo brotara el Jasy Morotï, que les devolvería el agua. Pero Anuncia no comprendería todo eso la rogativa había hecho surgir en ella otra mujer, una mujer dura, impersonal.
Estas cosas eran las que llevabanpreocupada a Poilú. Subió sobre las tablas carcomidas que cubrían la boca del pozo sin brocal. Poilú miro através de la abertura. La sed la mareaba, le arañaba la garganta ¡Si hubiera un poco de agua!
Pero no. Ella sabía que no había, que no podía haberla. Hasta que Felipe le trajera la gran noticia, ella sabía que no podía haber agua en ninguna parte.
Felipe la contemplaba, el corazón de lacriatura empezó a latir con violencia. Se acerco a él. La prohibición le dolía en la cabeza, debía empezar de alguna manera.
- Celipe no puedo hablar má con vo. E mejor que te vaya…
La voz de Poilú tenía la secreta humedad de las lágrimas…
Felipe le comunicó que la flor milagrosa ya había empezado a brotar. En ese momento el rostro de Poilú se iluminó con algo parecido a una sonrisa.
“En algunaparte del universo Poilú en ese momento era hermosa como una flor cuya absoluta perfección residía en que era todavía increada…”
Pero cuando salga la flor ya no podré traerte – le dijo Felipe.
Sin embargo Poilú estaba convencida de que cuando la flor haya crecido y el cielo al fin se apiadara de Santa Clara, su madre volvería a ser la de antes y ella podría volver a hablar con Felipesiempre….siempre….
Felipe sigue su recorrido. El polvo, su amigo, lo acompaña…
Poilú va en dirección a la puntita que esta asomando por el agujero de piedra. Como hace un momento, entre las hojas amarillas del bananero, ahora Poilú avanza entre el polvo. Felipe la sigue, la llama. Pero Poilú no oye. No va a oír nunca nada más.
Entre las piedras afiladas de la profunda barranca la criatura va rodando,...