La Ronda
Arthur Schnitzler
Escena 1
La prostituta y el soldado
Noche, un puente sobre el río
Soldado: (llega silbando camino al cuartel)
Prostituta: -Vamos, precioso.
S:(Se da vuelta pero sigue su camino)
P: -¿No querés venir conmigo?
S: -Ah, ¿el precioso soy yo?
P: -Claro, ¿quién sino? Vení, vení conmigo. Vivo aquí a la vuelta.
S: -No tengo tiempo.Tengo que volver al cuartel.
P: -Vas a llegar a tiempo. En mi casa vas a estar mejor.
S: (se le acerca) Puede ser.
P: -¡Shhhhh! En cualquier momento aparece un vigilante.
S: -¿Y quéhay de malo? No es el único que va calzado.
P: -Vamos, ¡dale!
S: -Dejame en paz. Además no tengo un centavo.
P: -Pero yo no quiero plata.
S: (se para cerca de un farol) ¿Qué? ¿No querésplata? ¿Quién sos?
P: -La plata se la saco a los de civil. Uno como vos puede venir siempre conmigo gratis.
S: -Ah, ¿sí? ¿No serás esa de la que me habló López?
P: -Nunca oí hablar de ése.S: -Seguro que sos esa. Acordate, se encontró con vos en un bar de la terminal. Ahí te lo levantaste y lo llevaste a tu casa.
P: -Me levanté a tantos en ese bar… Ja.
S: -Bueno, vamos.Vamos.
P: -¿Y por qué tanto apuro ahora?
S: -¿Y qué esperamos? Tengo que estar en el cuartel a las 10.
P: -¿Cuánto hace que sos milico?
S: -¿Qué te importa? ¿Vivís lejos?
P: -A diezminutos.
S: -Es demasiado lejos. Dame un beso.
P: -¿Por qué no venís mañana a la tardecita?
S: -Bueno, dame tu dirección.
P: -A lo mejor ni siquiera venís…
S: -Si te digo que sí…P: -Si mi casa está lejos… ¿qué te parece ahí? (señala el río)
S: -¿Qué?
P: -Es muy tranquilo. No pasa un alma a estas horas.
S: -Sí, pero no es lo mismo.
P: -Conmigo es lo mismo.Vení, quedate. Quién sabe si estaremos vivos mañana.
S: -Bueno, está bien, vamos. Pero rápido.
P: -Tené cuidado. Está muy oscuro. Si te resbalás acabás en el agua.
S: -En una de esas...
Regístrate para leer el documento completo.