la rumba angel de campo

México en la segunda mitad del siglo antepasado mostraba las dos caras de una misma moneda echada al aire: el sol alumbrando la ciudad con la paz porfiriana, la exquisitez en las convencionessociales, el materialismo de la filosofía positivista, la rápida transformación industrial, la modernización y la apertura del mundo ante los ojos inocentes del pueblo; y el águila devorando las periferiasharapientas y quejumbrosas, comiendo la miserable carroña de los cuerpos mal alimentados, abandonados en la oscuridad de las plazuelas y atrios de parroquia derruidos por la soledad y el oprobio. Ángel Efrén de Campo y Valle, el observador y cronista, da cuenta de ello, en La Rumba (1890-1891). Apoyándose en su bagaje literario y periodístico, marca tajantemente la línea divisoria entre laopulencia citadina y la condición paupérrima de los suburbios con una minuciosa descripción de escenarios, costumbres y personajes.
 La Rumba, el mundo alejado de la paz y el progreso, se construye mediantecuadros fragmentados de sordidez, amargura y pesimismo; sus habitantes son mirados y atrapados por un lente fotográfico que no perdona los vicios ni los defectos individuales y comunes. La Rumba, laplazuela y Remedios Vena, no escapa de la realidad social que de Campo expresa, paralelamente, con una lágrima y una suerte de mueca en los labios.
 Si bien, dichas actitudes se contraponen con laobjetividad propia de la literatura realista, nos acercan a la imagen humana del autor, evocan a la conmiseración, al reconocimiento del lector frente a la novela y manifiestan el ambivalente juego delos sentimientos, amor y odio, por la ciudad que se ve y se vive día a día.
 De este modo, los escenarios que Tick Tack dibuja con los pasos de Remedios se impregnan de lúgubre melancolía en el barrioy, contradictoriamente, de luminosa ostentación en las calles del Centro Histórico del México decimonónico. La protagonista atraviesa la Alameda Central en un ir y venir de cavilaciones: se sabe...