La Ruta De Don Quijote
Los capítulos I-VI plantean un modo de puesta en texto argumentativo que parte de la redacción de una crónica de viaje que, antes de cumplir con la observación directa que exige el género, sugiere el recuerdo presente de la lectura de un texto que funciona no sólo como el texto fuente, el hipotexto en palabras deG. Genette (1996) sino también como la imagen alfa que marca el prejuicio sobre la mirada presente. Es decir, el Quijote, hipotexto de este hipertexto, no sólo funciona en la escritura de La ruta de Don Quijote sino en la lectura de su personaje principal. Ese yo, prototípicamente asimilado a Azorín, es un sujeto que trabaja su configuración subjetiva en dos direcciones: es un sujeto de laenunciación; narra los episodios de viaje, a la manera de unas crónicas diarias pero en ese gesto opera la interdiscursividad que selecciona episodios del trayecto de viaje según la propuesta narrativa del Quijote. En esa configuración que establece el pacto de lectura y el efecto emphático con el lector, se produce la tensión en la emergencia de una nueva configuración: la del sujeto del enunciado.Azorín se involucra en los trayectos según la lectura de los tipos sociales; allí la anacronía (que no se produce en la forma de redacción del sujeto de la enunciación) tiene lugar en la lectura de los personajes.
La imagen alfa del tipo campesino o del tipo del canónigo rico es producto de la fidelidad al texto fuente. No se presentan los nuevos burgueses ni se hace mención a episodios históricosrecientes. Los tipos concuerdan con la intencionalidad semántica básica de recuperar de esa anacronía los tipos esenciales de la vida rural, donde reside la verdadera hispanidad. Argamasilla de Alba es un claro ejemplo de cómo se establece esta tensión y de cómo se resaltan los tipos esenciales determinados por la geografía. Allí la reformulación explicativa de la partida posibilita laintroducción de la ideología mediante las lecciones básicas de cómo se compone la esencialidad necesaria de los tipos hispánicos. Esta operación descriptiva comienza con la antítesis entre los pueblos y una ciudad como Madrid. Al principio, escribe :”(…) me siento con un gesto de cansancio, de tristeza y de resignación” (13). Allí aparecen el abatimiento y la melancolía del pequeño cuarto de pensión. La ideade poner en primer plano la configuración de un sujeto romántico, ese “yo”(4) que inicia el texto, supone volver a la idea que también sostiene Unamuno acerca de la recuperación de la individualidad. Ese yo, unido a las constantes preguntas retóricas que desafían al lector, marca la búsqueda de identidad en el trayecto. De esta manera, la primera pregunta retórica que se formula está ligada a lareflexión acerca de la rutina de la ciudad en oposición a la libertad de acción en los pueblos “La vida, ¿es una repetición monótona, inexorable, de las mismas cosas con distintas apariencias? Yo estoy en mi cuarto; el cuarto es diminuto; tiene tres o cuatro pasos en cuadro; hay en él una mesa pequeña, un lavabo, una cómoda, una cama…” (I:13)
En este caso, el sujeto de la enunciación no sólorealiza un acto de enumeración de los elementos de la realidad sino que también interpreta su influencia en el modo de ser de los sujetos, lo que implica que al describir también ejerce un acto de interpretación subjetiva. Para contar el trayecto del caballero de la triste figura, Azorín no elige la tercera persona y el punto de vista de un narrador omnisciente sino, por el contrario, laperspectiva del sujeto de la enunciación/sujeto del enunciado que explicita los trayectos de Don Quijote actualizando, mediante su propio trayecto, el recuerdo de su imagen. Por último, el tópico de la enfermedad se reformula no mediante la locura que produce la melancolía (5) sino mediante la muerte futura que ocasionarían los libros y papeles. De alguna manera, el sujeto de la enunciación/sujeto del...
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