La Santa Iglesia
Según el periodista y escritorespañol Pepe Rodríguez, autor de Pederastia en la Iglesia Católica, “el problema fundamental no reside tanto en que haya sacerdotes que ahusen sexualmente de menores, sino en que el Código de Derecho Canónico vigente, así como todas las instrucciones del Papa y de la curia del Vaticano, obligan a encubrir esos delitos y a proteger al clero delincuente. En consecuencia, los cardenales, obispos y elpropio gobierno vaticano practican con plena conciencia el más vergonzoso de los delitos: el encubrimiento”, dice Rodríguez.
El padre Alherto Athié Gallo, que fue víctima de abusos por parte de sacerdotes en su juventud, explica que “dentro de la estructura jerárquica de la Iglesia, existe una especie de consigna generalizada respecto de la forma como debe enfrentarse esta problemática, maneraque, cuando empieza a presentar sobre todo, desde el momento en que surge a la luz pública, se aplica sistemáticamente particular silos implicados son autoridades personajes considerados importantes para institución eclesiástica)”.
El padre Athié señala que las mismas le canónicas, que interpretan estas conducta como pecados secretos, prescriben procedimientos que tienen como finalidad evitarescándalo y amonestar al pecador, llevando políticas pastorales que se traducen en cambiar a los transgresores de parroquia, de diócesis y hasta de país. Aun los documento más recientes del Papa tienden a conservan esta política de la reserva, del secreto y de la exclusividad de juicio reservada a la Congregación para la Doctrina de la Fe, obligando todos los episcopados del mundo a informar, bajoabsoluto secreto, de los casos de abuso sexual protagonizados por sus clérigos.
La respuesta de Roma ha sido minimizar los señalamientos, cambiar de diócesis a los presuntos abusadores y sospechar sistemáticamente de las víctimas por hacer públicos los ataques sexuales. Entre las primeras investigaciones acerca de estos asuntos y las evasivas de las cúpulas eclesiásticas están los trabajos delperiodista Jason Berry, quien a medidos de la década de los ‘80 hizo reportajes sobre el abuso sexual de rigos en Louisiana. En 1992 publicó el libro Lead us notinlo Temptation. Catholic Priests and the Sexual Abuse of Children (No nos pongas en tentación. Sacerdotes católicos y el abuso sexual de niños y niñas). Jason Berry y Gerald Renner publicaron recientemente en español una nueva obra: Votos desilencio. El abuso de poder durante el papado de Juan Pablo H. En ese libro, Berry y Renner contabilizaron que durante el último medio siglo se presentaron casi 11 mil quejas por abuso sexual; los destinatarios fueron 4.392 sacerdotes en Estados Unidos.
El tema se mantuvo en secreto varias décadas, pero las demandas millonarias finalmente trascendieron a los medios y el tópico fue inocultable. Losmontos de las indemnizaciones lo dicen todo: “Las víctimas han recibido unos 572 millones de dólares en daños, además de los 85 millones de dólares que la arquidiócesis de Boston decidió pagar a las 540 personas que la demandaron por los abusos sexuales de los curas”. Mientras tanto, el ex titular de la arquidiócesis de Boston cuando explotaron los escándalos, arzobispo Bernard Law (foto...
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