La Sesion Teorica

LA SESIÓN

E

ra miércoles. Hacía viento y frío. La tarde era desapacible pero
David se había comprometido con Álex la semana anterior. Él
haría la sesión práctica con su equipo –el pre-mini femenino de
primer año, niñas de tan sólo ocho años- para que él viera cómo se
desenvolvía. David llegó al colegio con la tranquilidad de siempre. Paseó
discretamente por el patio, observando y tomando notamentalmente de lo que
allí sucedía. Saludó a todos los entrenadores aunque fuera con un cruce de
miradas, para no interrumpir. Comprobó que todos los grupos habían iniciado la
actividad. Dejó el anorak y la bolsa de bandolera en el cuartito, y se dirigió a la
pista donde entrenaba el equipo de Álex. David vestía chándal azul marino, con
algún adorno que pasaba desapercibido, y zapatillas deportivasblancas. Se
quedó junto a la pista y le hizo un ademán a Álex: estaba preparado. Álex
reunió al grupo de niñas, que peloteaban, con un golpe de voz. En ese instante
se acercó y tomó las riendas del entrenamiento.
-¡Buenas tardes chicas! –se presentó-. Como os ha comentado Álex,
hoy haréis una sesión conmigo. Habíamos quedado el pasado miércoles
pero la lluvia lo impidió. Que nadie se preocupe sino entiende algo de lo
que digo, es el primer día. Preguntadme siempre que lo creáis oportuno,
hasta que lo comprendáis –comentó David nada más acercarse al
grupo-. Lo único que os pido es que os esforcéis cuanto podáis y
también que, cuando hablemos, formemos entre todos un círculo para
que nadie esté ni delante ni detrás de ninguna compañera. Nadie es más
que nadie en este equipo. El círculo locerraremos Álex y yo, que
también somos una parte de este equipo –continuó su explicación.
Esto llamó la atención de Álex. David trataba a todas las niñas por igual;
todas tenían la misma importancia en el grupo. Álex pensó en este detalle, en
el que no había caído. Hacerlas sentir una parte de ese círculo era muy positivo
de cara al modelo de equipo que él quería implantar.
Las chicas mirabanhacia arriba todo lo alto que era, sin rechistar. A más
de una se le escapó un bote que le avisaba de las ganas que tenían por iniciar
la actividad.
-¡Haremos un juego! Nos dividiremos: cinco en el centro de la pista
mirando a una canasta y las otras cinco hacia la otra. Todas con una
pelota en las manos. A la orden de inicio cada una botará con la mano
que quiera, se aproximará a la canasta ylanzará. Un tiro en cada
canasta, se enceste o se falle. Después recuperará su pelota y hará lo
mismo en la otra canasta. ¡A ver quién encesta antes cinco canastas!
-¿Pero contando de una en una? –preguntó una de las niñas.
-Sí, cada vez que encestemos en una canasta vale por una. Debemos ir
sumando hasta conseguir cinco. Atención, pero sumamos en voz alta; lo
tiene que escuchar el director que está ensu despacho –aclaró David
señalando con su mano izquierda el ala este del colegio.

Las niñas se dirigieron hacia el centro de la pista. David les pidió que
pisaran la línea para que ninguna tuviera ventaja sobre el resto de sus
compañeras. Cuando menos se lo esperaban, las sorprendió dando el inicio.
Las niñas se centraron en la tarea.
Se acercó a Álex y le comentó que si las niñas lanzaban porlanzar
llegaría un momento en que perderían la concentración por la actividad
realizada. Para evitar esto, había que motivarlas para que lograran, cada una,
un número determinado de encestes, así tendrías asegurado su interés durante
unos minutos.
-¡Cinco! –gritó una de las niñas, al rato, levantando su brazo izquierdo
mirándolo.
-¡Venimos! –ordenó, porque había niñas que continuaban lanzando acanasta-. El grupo tardó en reunirse porque cada niña vino cuando quiso.
Cuando una compañera logra las cinco canastas se deja de lanzar y se
viene rápidamente al centro-. ¿Por qué creéis que hay que venir rápidas?
Porque lo digo yo o por qué –preguntó, aprovechando que algunas niñas
se habían hecho las remolonas.
-Porque así no perdemos tiempo –contestó una de las niñas.
-Gracias Julia. Si...