LA SIESTA
La siesta era entonces como lo sigue siendo para muchas familias piuranas una necesidad fisiológica como espiritual. Allí Maria luz desnuda en su habitación no descansaba ni dormía, loque hacia era pensar en la sombría necesidad y el calenturiento meditar acerca de de lo que le había contado Casilda. Así de estas tardes de ensoñación y voluptuosos delirios Maria Luz salía vencidapor el deseo naciente e inconfesable, que le gritaba desde aquella tarde del paseo por la fabrica sus ojos no podían olvidar, y sus oídos no odian callar de escuchar las voces angustiosas del sexodesencadenado que ocurría en aquel lugar. Aquel deseo le hablaba de la igualdad entre las almas ante el amor, de la caprichosa razón de los perjuicios raciales, de la libertad de elegir, de disponer cadauno de un destino.
Llamo a Rita para que le ayudase a vestirse como esta se había quedado dormida llego presurosa y un poco somnolienta, la niña Luz le pregunto acerca de lo ocurrido con José Manuel yella le contó todo lo sucedido aquel dia que le trajeron para que pasare la noche con el, que donde todos piensan que había sucedido algo no paso nada, la niña le pregunto como que no paso nada, Ritale contesto que cuando ella llego allá por Casilda no quería entrar pero la Casilda la empujo y entonces adentro ella se envalentonó y no quiso que el negro la tocase ella le contó que José Manuel nole presiono sino mas bien que le dijo que si no quería no la iba a obligar porque así mulato como era también tenia pensamiento y sentimiento. Así que me dijo si me quiero ir que me valla pero adondeiba ir si no conocía el lugar así que me recosté por ahí no mas, luego de un rato se escucho una vos que decía “mátala, mátala, matalaché, cógela, cógela José Manue” y el negro de dos pasos salio decuartucho y afuera se escucho golpes y gemidos luego un silencio , que tuve que cerrar la puerta para que el negro no volviera. La niña le pregunto si el negro volvió, Rita le respondió que escucho...
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