La Socialisacion Del Niño En Varios Contextos

La socialización indirecta en el hogar: claves sutiles
En el estudio del empleo de los verbos usados en el habla de los padres descrito antes(Gleason, Ely y Perlmann, 1992), el uso más frecuente que no dirigió explícitamente laconducta del habla de los niños consistió en informar o hacer comentarios sobre su habla. Lospadres señalaron lo que el niño había dicho o, en algunos casos, lo que seesperaba que dijeraen algún momento futuro. Estas locuciones parentales ejemplifican nuestra tercer categoría desocialización lingüística: la socialización indirecta. Al llamar selectivamente la atención hacia ellenguaje del niño, mediante informes y comentarios, los padres explican y clasifican toda unagama de conductas del habla:Madre: —Creo que Nanette empezó a decir que iba a pegarme. Luego dijoibaa “bum”. —Me dijo hoy, antes, que iba a pegarme. [ Nanette] ¿Estás enojadaconmigo?Niña: —Sí.Al notar cómo los padres repiten su propia habla (Bashtín, 1981), los niños puedenaprender cuáles de las locuciones que han usado les parecieron notables, divertidas oprovocativas. A los niños también se les da una oportunidad de reinterpretar su pasadaconducta del habla. Al recordar y reflexionar sobreel habla de sus hijos, los padres reafirmanlas prácticas del habla de la comunidad.Otras formas de socialización lingüística indirecta son aún más sutiles, y sólo se lespuede descubrir cuando las variaciones de las prácticas del habla se correlacionan convariables individuales o de grupo. En el uso preferencial de ciertas formas lingüísticas conclases o perfiles particulares de hablantes, lospadres y otros cuidadores de niños transmitenindirectamente toda una variedad de mensajes socializantes. Por ejemplo, en un voluminosoestudio del habla espontánea en el hogar, Wells (1985) encontró pocas diferencias de géneroen el desarrollo del lenguaje de los niños. Sin embargo, un análisis de las variacionesdescubiertas en el contexto conversacional indicó que había diferencias significativasencuándo les tocaba hablar a los niños. El habla de las niñas apareció con la mayor frecuencia enlos contextos llamados ayuda y actividad general. En cambio, los niños hablaban con mayorfrecuencia cuando se entregaban al juego, fuese a solas o con un adulto. Un examen de lasiniciaciones conversacionales de los padres reveló que los padres, de preferencia, iniciaban conversaciones con las niñas cuandoestaban dedicadas a ayuda o actividad general; lasiniciaciones parentales con niño’ ocurrieron durante las actividades de juego de ellos. Aunqueestas diferencias —basadas en el género— de los contextos conversacionales parecen tenerpoco efecto sobre la adquisición del lenguaje por los niños, en un sentido estrechamentedefinido, invariablemente tienen efectos importantes sobre su comprensión de losusos socialesdel lenguaje (Gleason, Hay y Cain, 1988; Tannen, 1990).Una reciente obra de Fagot y Hagan (199 1) complementa estos descubrimientos deWells (1985). Basándose en observaciones de niños en el hogar, de entre uno y cinco años,esos investigadores examinaron las reacciones de los padres a la conducta de los niños.Descubrieron que a los 18 meses los niños varones recibían másretroalimentación negativaque las niñas, para intentos de comunicación. A la inversa, las niñas recibieron másretroalimentación positiva que los niños al hacer intentos de entablar conversación. Las madresfomentaron más que los padres los intentos comunicativos de sus hijos y se mostraronespecialmente solícitas ante las iniciaciones comunicativas de las niñas. De este modo, lasmadres más a menudo favorecían elhabla de sus hijas, y las niñas recibían más estímulo parahablar que los niños. Cuando cumplieron cinco años, ya no hubo diferencias basadas en elgénero en la manera en que los padres se relacionaban con la conducta comunicativa de sushijos; puede suponerse que a la edad de cinco años los niños ya habían comprendido laconducta apropiada a su género.En la socialización lingüística indirecta, las...