La sociedad
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Factores condicionantes de la
participación cultural1
Dr. Lluís Bonet i Agustí
Director de los Cursos de Postgrado en Gestión Cultural
Universidad de Barcelona
1
Artículo cedido por el autor al Portal Iberoamericano de Gestión Cultural para su publicación en el Boletín GC:
Gestión Cultural Nº 11: ParticipaciónCiudadana, marzo de 2005. ISSN: 1697-073X.
Una de las principales paradojas de la política contemporánea es la promoción de la
participación, un valor en desuso en nuestras actuales sociedades libradas al
individualismo y al consumo. Vivimos una época de desmovilización del activismo
político y sindical, pero también de todo tipo de voluntariado activo en entidades
sociales y culturales.La razón de esta sinrazón procede de la constatación de
cuanto más individualista es la sociedad, mas necesidad tiene de valores colectivos.
Así se explica el resurgimiento de ciertas manifestaciones sociales (sobretodo las
festivas) y las mutaciones hacia nuevas formas de participación y solidaridad
ciudadana.
De alguna manera, el individualismo mayoritario es perfectamente
compatiblecon el surgimiento de minorías comprometidas –con la ecología, la paz o
el tercer mundo–, la acción de las cuales puede llegar a transformar la sensibilidad
social
sobre
determinados
temas
candentes.
Además,
la
experiencia
del
compromiso, con sus incentivos implícitos relacionales o políticos, tiene una fuerza
difícilmente substituible por las propuestas menosestimulantes y estándares que
ofrece el mercado.
Para los responsables políticos de la acción cultural, la necesidad de promover la
participación puede responder a una gran diversidad de propósitos y lógicas de
intervención, desde un intento de regeneración de la democracia representativa,
hasta la vieja aspiración de potenciar una mayor democracia cultural (aquella que
nace de las aspiraciones yprácticas de la gente, y no solo de la difusión cultural de
élite). El diseño de una política de fomento de la participación en el ámbito de la
cultura ha de tener en cuenta, sin embargo, la diversidad de lógicas políticas,
sociales, estéticas o económicas que inciden en las posibles estrategias del camino a
seguir.
Desde una perspectiva política, implicar al ciudadano en los procesos dedecisión,
en especial en aquellas acciones de proximidad que más le afectan, es el gran reto
de todos los procesos de democracia participativa puestos en marcha en estos
últimos años, desde los consejos ciudadanos y los presupuestos participativos, los
planes comunitarios o las agendas 21.
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A pesar de que no todas estas iniciativas
2institucionales son en la práctica exitosas, el aprendizaje democrático que
comportan es extremadamente alentador por el bagaje que obtienen tanto los
gestores públicos como los ciudadanos y representantes sociales que participan. De
todas formas, no es fácil cambiar los valores y la cultura política y organizativa de
estructuras consolidadas, o de individuos y grupos de poder erigidoshistóricamente
sobre la base de asimetrías de facto –informativas, institucionales, económicas o
culturales–. Pensemos, si no, en la incomodidad que representa dejar de imponer
nuestra visión de una cuestión, avalada por unos hábitos, valores y conocimientos
técnicos, y entrar a discutirla con colectivos que parten de otros valores, premisas o
finalidades. Cuanto más heterogéneos sean los valores,la lógica y la experiencia
histórica de los diversos grupos que componen una comunidad, más difícil pero
también más enriquecedor será el diálogo para poder encontrar soluciones válidas
para más gente.
Desde una perspectiva empresarial, la idea fuerza que se asocia a muchos procesos
participativos es la de responsabilidad social.
Responsabilidad que puede ser
medida, por ejemplo, en...
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