La soledad.
Para la mayoría de las personas, la soledad supone un contratiempo, un bloqueo en su vida afectiva y de relación que acarrea sentimientos yemociones negativas. El solitario se siente triste, abandonado, con angustia, necesita comunicarse con alguien y no puede y teme, más que nada, que la situación se haga permanente. Existe una constantenecesidad de comunicar y compartir vivencias. En las situaciones difíciles se busca apoyo y ayuda. Las alegrías al ser compartidas, se reviven y perduran. La soledad interrumpe el discurrir normal dela vida, es dolorosa y hasta traumatizante.
Cuando (por separación en la pareja, fallecimiento de un ser querido u otra causa) desaparece de nuestra vida alguien a quien hemos amado o que ocupaba unespacio estelar en nuestra vida cotidiana, nos invade una particular sensación de soledad, un vacío, una nada enmudecida que nos sume en la tristeza y la desesperanza. Hemos de sobrellevar ladolorosa percepción de horfandad, de ausencia de una persona insustituible. Nos vemos perdidos y sin referencias en las que antes nos apoyábamos para afrontar la vida.
La pérdida es irreemplazable pero nodebe ser irreparable. Ese hueco o, mejor, su silueta, quedará ahí pero si nos permitimos sentir la tristeza y nos proponemos superarla a base de confianza en nosotros mismos, podremos reunir fuerzaspara establecer nuevas relaciones que cubran al menos parcialmente ese déficit de amor que la ausencia del ser querido ha causado. Hemos de intentar que la carencia de esa persona no se convierta en unacarencia general de relaciones. Esta soledad es dolorosa, pero puede convertirse en positiva si la interpretamos como oportunidad para aprender a vivir el dolor sin quedarnos bloqueados. Y para...
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