La Sucesión Presidencial

INTRODUCCIÓN


El tapadismo es un mecanismo fundamental del partido del Estado pero es también, ante todo, una prerrogativa presidencial: una facultad “no escrita” del Jefe del Ejecutivo.

La designación que hace el Presidente de la República saliente de quién va a ser el candidato del partido y por consiguiente su sucesor aunque tiene, sin embargo ciertos límites. Estos no son más que losdel “sistema” mismo, aunados a los que el propio mandatario se va señalando: no los que pudieran marcarle las fuerzas partidistas.

Esas variantes no permiten desde luego prescindir de ciertos pasos rituales, marcados desde la lógica priísta por quince reglas fundamentales.

1º. El Presidente entrante, al escoger a sus principales colaboradores, delimita la sucesión.

Al hacerlo,establece una primera selección de aspirantes potenciales a la postulación, que si bien puede modificar sobre la marcha a lo largo de su mandato en tal perspectiva le constituye un primer límite. Cada nuevo Presidente en Los Pinos decide libremente, pero al mismo tiempo se crea restricciones en cuanto a los hombres y a las fuerzas políticas que los apoyan.

Nada impide que el candidato pudieraprovenir de fuera del gabinete presidencial, pero resulta claro que busca a alguien en tato por su cercanía personal como por los compromisos adquiridos con su política le pueda ser no sólo afín sino también leal.

Es evidente, por otra parte, que no puede elegir a cualquiera de sus colaboradores, sino a uno de aquellos que no se hubiera significado por algún exceso, en las tesis o en la moralpública, o por sus escasas capacidades intelectuales. A pesar de su cercanía con el Gran Elector, varios aspirantes estuvieron impedidos por varios motivos. El presidente procura en tal virtud tener un abanico de posibilidades para asegurarse el libre ejercicio de dicha facultad, y puede cambiar la primera selección pero procurando conservar siempre varias cartas en la mano.


2º. El presidente de laRepública está obligado a tener presente la sucesión presidencial en los cuatro primeros años de su mandato.

Por este motivo, ha de conocer de la mejor manera posible a sus colaboradores en el ejercicio del poder a fin de impedir que la inevitable pugna interna rebase los límites de la necesaria eficacia gubernamental. El reagrupamiento y reacomodo de la burocracia política en vistas alsiguiente sexenio comienza desde el primer día, y el Presidente debe estar preparado para orientarlo: frenándolo o impulsándolo.

Tras de establecer cuáles son los intereses esenciales de las principales fuerzas que empiezan a entrar en pugna, debe vigilar y evaluar la disciplina y fidelidad de los aspirantes, lo que implica dedicar a ellos energías y una parte importante de su tiempo y de suspreocupaciones.


3º. El Presidente de la República tiene que hacer recordar a las fuerzas del partido que el ejercicio de esa facultad “no escrita” es legítimo e irrenunciable.

La tercera fase del proceso, que se inicia tras el Cuarto Informe de Gobierno del Presidente al Congreso de la Unión, implica desde luego:
a. Una intensificación de esa competencia interna, que no se reconoce que existab. El comienzo de una discreta auscultación presidencial, que nunca llega a ser directa
c. Una serie de sutiles recordatorios a todo mundo, con actos y con palabras, en el sentido de que esa facultad presidencial no es discutible y de que la decisión que va a tomar no es negociable.


4º. El Presidente de la República ha de crear las condiciones para que su decisión final sea bien recibida:sin cuestionamientos de importancia.

Con este fin, debe no sólo contribuir a cuidar la imagen de sus mejores prospectos, sino a evitar que se vean antes de tiempo y los ataques los debiliten, lo que ha implicado que los últimos candidatos no hayan ocupado cargos de primer nivel en el gabinete sino por poco tiempo.

Las sucesiones presidenciales han sido todas autoritarias, pero no deben...