La tercera orilla del río

Páginas: 5 (1183 palabras) Publicado: 27 de agosto de 2012
RESUMEN: LA TERCERA ORILLA DEL RIO.
Nuestro padre era un hombre cumplidor y ordenado, fue así desde jovencito y niño, por lo que testimoniaron las diversas personas sensatas, cuando indagué la información. De lo que yo recuerdo siempre fue un hombre quieto. Era nuestra madre la que mandaba y quien a diario nos regañaba a mi hermana y a mí. Pero ocurrió que, cierto día, nuestro padre mandó quese le hiciera una canoa. Tuvo que ser fabricada toda ella, elegida fuerte y arqueada en rígido, apropiada para durar en el agua unos veinte o treinta años. Nuestra madre mucho renegó contra la idea. Nuestro padre nada decía. Nuestra casa, en ese tiempo, estaba aún más cercana al río que era ancho, de no poder verse la otra orilla. Y no puedo olvidarme del día en que la canoa quedó lista.
Sinalegría, sin inquietud, nuestro padre se caló el sombrero y decidió un adiós. No dijo otras palabras, ni se llevó nada con él. Nuestra madre, pensé que iba a gritar, pero persistió, pálida, mordió el labio y bramó: -"¡Vete, puedes quedarte, no vuelvas más!" Nuestro padre contuvo la respuesta. Me miró, manso, haciendo ademán de que lo acompañara, sólo algunos pasos. Temí la ira de nuestra madre, peroobedecí. El rumbo de aquello me animaba, me asaltaba una idea y pregunté: -"Padre, ¿puedo ir con usted en esa canoa?" Volvió a mirarme y con un gesto me mandó de regreso. Hice como que vine, pero di la vuelta en la gruta del monte y observé: Nuestro padre entró en la canoa y la desamarró para remar. La canoa salió alejándose, lo mismo su sombra.
Nuestro padre no regresó. No iba a ninguna parte. Sóloejercitaba la invención de permanecer en aquellos espacios del río, de medio a medio, siempre en la canoa, para no salir de ella nunca más. Lo extraño de esa verdad espantó a la gente. Aquello que no había, acontecía.
Nuestra madre, avergonzada, se portó con mucha cordura; por eso todos atribuyeron a nuestro padre el motivo del que no querían hablar: locura.
Nuestro padre nunca surgía a buscartierra, en ningún punto o rincón, ni de día, ni de noche, del modo como cursaba el río, libre, solitario. Entonces, nuestra madre y los parientes nuestros concluyeron: que las provisiones que estuvieran escondidas en la canoa se gastarían; Eso era un engaño. Yo mismo cumplía con llevarle, cada día, un tanto de comida hurtada: Le enseñé la comida, la deposité en una cueva de piedras en la barranca.Eso, hice y rehíce siempre, mucho tiempo. Más tarde tuve una sorpresa: nuestra madre sabía de esa agencia, disimulaba no saberla; ella misma dejaba, facilitadas, sobras de cosas, para que yo las consiguiese. Nuestra madre no se manifestaba mucho. Hizo venir a nuestro tío, su hermano, para ayudar en la hacienda y en los negocios. Hizo venir al maestro para nosotros, los niños. Encomendó al curaque un día se parara en la orilla, para conjurar y rogar a nuestro padre que desistiera de la entristecedora porfía. Todo lo cual no valió de nada.
Lo duro era no entender, de ninguna manera, cómo él aguantaba. De día y de noche, con sol o aguaceros, calor, escarcha, y en los terribles fríos de la mitad del año, sin protección, sólo con el sombrero viejo en la cabeza, por todas las semanas, ymeses, y los años -sin tener en cuenta su irse del vivir.
¿No se enfermaba? Y la constante fuerza de los brazos, para mantener derecha a la canoa, resistente, aún en la demasía de las arroyadas, en el subir de las aguas, ahí cuando, en la embestida de la enorme corriente del río, arrolla cuerpos de animales muertos y troncos de árboles bajando -en espanto, en encuentro. Y jamás habló palabra conpersona alguna. Nosotros, tampoco, hablamos más de él. Sólo pensábamos. No, nuestro padre no podía borrársenos, y si, por un rato, uno hacía como que olvidaba, era apenas para despertarse de nuevo, de repente, con la memoria, al provocarse otros sobresaltos.
A veces, algún conocido nuestro encontraba que me iba pareciendo más a nuestro padre. Pero yo sabía que él ahora se había vuelto greñudo,...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Cuento La Tercera Orilla Del Rio
  • La tercera orilla
  • A orillas del rio me sente y llore
  • A orillas del río piedras
  • a orillas del rio piedra
  • A orillas del rio piedra
  • A Orillas Del Rio Duero
  • A orillas del rio Piedra

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS