La Tigresa
Luciana, vivía a las orillas de la ciudad, era una niña curiosa e inquieta que adoraba atrapar luciérnagas para construir farolas nocturnas. Una tarde cuando caminaba después de la lluvia,descubrió que de una cueva salían luces móviles y pequeñas. “Deben ser luciérnagas” pensó, y se emocionó pues le gustaba el destello de éstas; entonces recordó lo que la abuela Zelda le decía confrecuencia. “Luciana: cuando libélulas creas mirar tu curiosidad debes tragar, pero si en problemas estás las palabras te salvarán.” En los últimos años estos escarabajos comenzaron a desaparecer,la contaminación lumínica hacía casi imposible su apareamiento y cortejo. Los machos, vuelan ya que tienen alas, las hembras no, pero llaman a los machos a través del parpadeo. En vista de que en laactualidad el crecimiento de las ciudades hacia el campo ha impedido su reproducción. Luciana pensaba que era una pena, además de catástrofe.
La chica permaneció unos minutos al pie del cerro antes decomenzar a subir. Cuando iba hacia arriba descubrió que en efecto eran luciérnagas. “¡Guau!, con lo escasas que están últimamente.” Entró con seguridad y ánimo, sabía que ahí estaban los bichitos, deseabaresolver el misterio que ella había adoptado como misión. Había mucha humedad en el interior de la cueva y era fácil resbalar pero ella iba por las luciérnagas,fairy flies, así que olvidó todo lo quesu abuela le había repetido infinidad de veces, que controlara su terrible curiosidad, pensara dos veces antes de investigar y saciar su impetú detectivesco.
En vista de que la muchacha sólo deseabaencontrar luciérnagas caminó y caminó, hasta encontrar una luz cegadora que iluminaba el fondo de un estrecho túnel que por obvias razones llamó su atención. “Ahí están!”, así que comenzó a caminar conprisa sobre la tierra húmeda casi resbalando. “Aquí están, fantástico!”
Cuando llegó al final de éste decubrió al viejo cascarrabias guardando en pequeñas cestas a miles de luciérnagas que al...
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