La tolerancia religiosa
Actualmente, en el mundo tres mil millones ochocientas personas son creyentes, de las cuales mildoscientos millones son cristianos, quinientos cincuenta millones musulmanes, quinientos millones hindúes, trescientos millones confucianos y doscientos ochenta millones budistas. Podría calificarse deuna ciudadanía mundial conviviente con numerosas influencias de credos e ideales que, a un mismo tiempo, se diferencian y marcan en su propia identidad, edificando una estructura inherente de la quemuchos parecen no ser conscientes de sus semejanzas en la ornamentación o incluso los cimientos. Coinciden y se disciernen entre ellos, un solo Dios pero distinto. Cada religión cuenta su propiahistoria, en la que se basa para deambular su librepensamiento y raciocinio posterior, cada cual pensando ser poseedora de su “iluminación divina”, su sentido de la vida. Y, como no, extenderlo al mundo.El problema no reside en esa búsqueda que el ser humano se plantea por su adquisición natural sobre su origen o el cosmos, tal vez habite en esa visión planetaria, universal, de la que consta subúsqueda. Ahogados en nuestra propia verdad, no somos capaces de ver lo que el otro descubre, más incluso lo que piensa. Ponderamos nuestro estilo, nuestra religión, nuestras creencias, ningún cambio puedehaber. La duda que me asalta es, ¿quién es entonces señor y dueño ininteligible para realizar unos supuestos cambios? ¿Quién ordena en nombre de? Probablemente en ese caso deba corregirme a mí...
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