La tona
Del libro “El Diosero” de Francisco Rojas González.
Crisanta, india muy joven, bajaba la colina con una buena carga de leña, a cada paso que daba, la carga se hacía más pesada, daba unoscuantos respiros puesto que su vientre preñado se encontraba, su respiración y su agitación no la hicieron aguantar más, así que buscando las riberas y acercándose a estas, soltó su bulto de leña y comolo hacen todas las Zoques sin excepción, remango su falda arriba de la cintura sentando se en una posición de cuclillas y las piernas abiertas, dio un profundo respiro y derramando lagrimas del dolorencajo sus dedos en la tierra con gran fiereza, la sed también la torturaba, se acerco al río a beber un poco de agua pero era tal su desesperación y sus convulsiones que rodando en la arena fuehallada por su marido. Este la llevo a su jacal para ayudarle cargándola delicadamente sobre el petate, con altivez su marido fue en busca de Altagracia que ayudo a muchas mujeres del pueblo en estosasuntos. Altagracia llega al jacal del marido Simón, comenzó una especie de ritual encendiendo ocote, pronunciando el credo al revés y masajeando la barriga de Crisanta. Altagracia demuestra suexperiencia vivida con las tantas mujeres que había ayudado a parir indicándole a la adolecida lo que tenía que hacer con sus piernas, pujar lo mas que pudiera cuando sintiera dolor, los esfuerzos iban siendomás enclenques y los estragos que sufría eran incontenibles, llego un punto donde Crisanta ya no daba esfuerzo alguno, la partera le daba ánimos y ganas para que saliera adelante, hasta que se dieroncuenta de que el niño venia de nalgas, hicieron un estilo de columpio desde el techo del jacal para ayudarla a sacar el engendro, Crisanta cayó en desmayo, Altagracia mando a Simón a que comprara chilessecos y tostarlos para que la mujer desmayada tosiera.
En la carrera que había tomado simón a comprar lo pedido, se encontró con su amigo Trinidad Pérez, al enterarse de la situación le dijo que...
Regístrate para leer el documento completo.