la torre eiffel

EIFFEL Y SU
FAMOSA TORRE
Frederic Sorúem, Jr.
Casi un millón de visitantes suben todos los veranos en los venerables ascensores de la Torre Eiffel para extasiarse ante el pasmoso
espectáculo que ofrece el panorama de París desde unos 300 metros
de altura: el brillante colorido de los bulevares, los magníffcos edificios, la encantadora dignidad de la capital francesa con sus calles
y plazasbordeadas de árboles. La contemplación de aquella vista es
para la mayoría de la gente una de esas impresiones que duran toda
la vida. Y eso es precisamente lo que Gustave Eiffel se propuso cuando construyó la airosa maravilla de ingeniería que ocupa el tercer
lugar entre las construeciones más altas del mundo.
Por extraño que parezca, aunque la fama de la torre ha llegado
a todos losrincones del mundo, el propio Gustave Eiffel es relativamente desconocido. "La verdad es -dijo en cierta ocasión- que debeúa sentirme celoso de la torre. La gente cree, al parecer, que es mi
única obra; pero lo cierto es que he hecho unas cuantas cosas más."
En realidad el indomable anciano de espalda recta y oios centelleantes había hecho muchas cosas más. Padre de las modernas construcciones deacero, Gustave Eifiel tendió algunos de los puentes
más grandes del mundo con técnicas audaces que revolucionaron
esta rama de la ingeniería.
Sus experimentos en toda clase de construcciones, al parecer fantásticos, iniciaron la transición de la época de la piedrayla madera a la
moderna época del acero y el concreto. Muchos de los principios de ingeniería que se siguieron en el trazado de losrascacielos neoyorquinos
provenían de los cálculos que sirvieron de base a las obras maestras
de Eiffel, construidas varios decenios antes. A él se debe el primer
túnel aerodinámico y muchos de los principios fundamentales que
se utilizan para proyectar alas y hélices de avión. Con'el solo proRetrato de Gustave Eiffet pintado por Aimé Morot en 19O5.
Se conserva en el museo de Versalles.
131Genios

y

figura"s

pósito de entretenerse, hizo una multitud de "pequeños inventos",
entre ellos un sistema viable de producir películas habladas.
-Lo más asombroso de mi abuelo -me decía uno de sus nietosera su inagotable capacidad de gozar con todo lo que hacía. Trabaiaba más que cuantos hombres he conocidoi y era también el mas
feliz de todos.
Gustave Eiffel nació en el seno de unafamilia acomodada, en la
ciudad de Dijon, el año de 1832. Fracasó en los exámenes de ingeso
en el Politecnico, pero logró graduarse en la Escuela Central de Ingenieros de París y consiguió empleo en una compañía de construcción de ferrocarriles. Su madre -mujer avispada y decidida que tenía
un negocio propio de suministros de carbón y madera de construcción- llegó a la desconsoladora conclusión'de que Gustave'nunca
sería gran cosa. Gustave sonreía, le acariciaba la mano y decía:
-Ten paciencia, mamá. Tengo ideas. Ya verás, ya verás.
A principios de la segunda mitad del pasado siglo los ferrocarriles
de Europa se estaban desarrollando rápidamente. El obstáculo más
serio que se oponía a su expansión era la construcción de puentes,
que entonces se hacían principalmente demampostería y resultaban
costosísimos por la necesidad de emplear muchos obreros especializados. Eiffel pensó que la solución consistía en prefabricar piezas de
hierro que luego podrían colocar obreros no especializados. Reunió
todos los datos disponibles sobre las características del hierro y su
resistencia a las cargas y esfuerzos.
Cuando el Ferrocarril del Mediodía contrató con la compañía en
lacual prestaba Eiffel sus servicios la construcción de un puente de
500 metros sobre el río Garona, en Burdeos, el ioven ingeniero aprovechó los.datos que ya tenía para trazar los planos y presentó éstos
a sus superiores. El proyecto se apartaba de todas las reglas establecidas; pero los cálculos eran de minuciosa precisión. Ante el conseio
de administraeión, Eifiel se expresó con una mezcla de...