La Tragedia
Esto sucedió en el barrio San Luis de la vieja Managua, eran aquellos tiempos en que los chavalos corríamos a las calles cada vez que se venía un aguacero para bañarnos en la lluvia. En pirinola a como decíamos antes. Carlitos y Jorge eran dos chavalos felices del barrio. Iban al tercer grado de la escuela primaria.
Escuela Superior San Luis se llamaba la escuela. Corría el año de1964, hace ya como 46 años. La escuela era una hilera de cuartos de bloques y la dirección una vieja casa de adobe, de esas casas con techo alto, bien alto y de tejas. Los chavalos esperaban con ansias el recreo para salir a jugar. La profesora era una vieja refunfuñona, malcriada.
Eran los tiempos en que a los alumnos se les pegaba con regla, con coyunda y hasta con una varilla de jícaro. Un díacualquiera de la semana que estaban en clase, sonó la campana, que no era campana sino un pedazo de riel al que piporriaban con un tuco de yerro, y la maestra les advirtió antes de salir a recreo...
Maestra: (Gritando) Un momento, un momento. Nadie se me mueve de su pupitre. En primer lugar quiero que salgan en óor-den, en fila india y sin correr, en silencio. No quiero por ningún motivo vervarones jugando con mujeres. Cada quien por su lado. Al que venga revolcado lo mando para la casa y tiene que venir mañana con su papá o con su mamá. Al regreso no quiero a na-di-e que entre comiendo; entendido?
Carlitos: ( A jorge) Jugamos chibolas?
Jorge: No, mejor trompo.
Carlitos: Bueno, entonces juguemos trompo un ratito y después chibolas.
Jorge: Noooo, mejor trompo, que no ves que sijugamos chivolas nos revolcamos y después nos mandan para la casa castigados?
Carlitos: Va pues, juguemos trompo, pero a la salida jugamos chibolas.
Narra Nacho Pastrán (Moralimpia): La maestra Cirila, o niña Cirilia a como le decían antes, era brava y no les permitía a los alumnos ni respirar. Era una vieja solterona, amargada. No le temblaba el pulso para agarrar a cualquier chavalo y meterle unafajiada que ni los tatas se las daban. A como les dije, eso era permitido y nadie reclamaba, ni los tatas, ni Doña Rosario la directora de la Escuela, menos los chavalos. Y qué iban a reclamar?, el que abría la boca se la cerraban de un manazo.
Los extremos son malos, sin embargo, en esos tiempos los chavalos eran más respetuosos con sus mayores, no había tanta delincuencia como ahora. Carlitos yjorge eran inseparables, vivían bien cerquita uno del otro y los fines de semana se iban a los predios vacíos a matar lagartijas con sus tiradoras de gancho de guayabo. Una mañana de sábado, ambos chavalos se levantaron temprano, pues aunque no habia clase, siempre habia que hacer algo en la casa.
Carmelo: (Llamando enérgico) Jooooórge,
Jorge: Si papa.
Carmelo: Ya botaste el agua sucia de lapila del lavandero?
Jorge: Ya voy por la mitad, es que el valde viejo se desfondó y solo estoy con el valde nuevo y es muy pequeño.
Carmelo: cuando terminés de botar el agua sucia, sacá el carretón y le engrasas las ruedas. Acordate de ponerle las clavijas que el otro día no le pusiste una clavija y tuve que meterle un clavo doblado que me regalaron en una casa. Yo no se en que jodido andáspensando vos chavaló.
Jorge: No, lo que pasó jué que como el carretón lo tenía bocabajo, le puse la clavija, y cuando lo voltié, la clavija quedó para abajo y se cayó.
Carmelo: Por eso, eso es lo que te digo, sos bien distraído. Las clavijas se ponen cuando el carretón ya está en su posición. Que no se vuelva a repetir eso.
Jorge: Y dónde vamos con el carretón?
Carmelo: Vamos a ir al cauce a recogerarena de la que queda después de la lluvia. Necesito acarrear arena para un trabajo que tengo que hacer. Por eso te digo que engrasés el carretón bien porque a la vuelta va a venir bien pesado.
Jorge: Y Carlos puede ir con nosotros?
Carmelo: No, no, no. Vamos a trabajar no vamos de paseo. Además yo no quiero clavos, ese chavalo es muy inquieto y si después le pasa algo yo no quiero clavos con...
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