La trukulenta historia del kapitalismo
Nosotros nos dirigimos hacia las cuevas sin ningún temor aunque antes de llegar ahí algo nos decía queno siguiéramos caminando, nosotros volteábamos y no veíamos a nadie, así que seguíamos caminando aunque íbamos muy espantados, la curiosidad no nos dejaba detenernos.
De pronto… oímos unos lamentosy del susto hasta se nos pusieron los pelos de punta, mi vecinita de tan solo 3 años empezó a llorar y a señalar hacia una casa que estaba cercana de donde nos encontrábamos, esta se veía tan fea yvieja que con tan solo verla nos llenamos de mucho temor.
Decidimos entrar a la casa donde había cuerpos mutilados, ahorcados, molidos, enredados, cabezas tiradas nos llenamos de asco y de prontooímos que alguien se acercaba a la casa, decidimos escondernos aunque con la niña pequeña fue casi imposible que no nos encontraban pues quería comenzar a llorar del susto; entro el señor que era el quelos mataba a esos cuerpos y comenzó a buscar porque noto algo raro y nosotros muy espantados ya casi no podíamos hacer que la niña contuviera su llanto, el señor salió a buscar fuera de la casa asíque nosotros aprovechamos para salir comenzamos a correr muy rápido y yo con la niña en brazos. Al detenernos no dimos cuenta de que estábamos justo al frente de esas cuevas; cargue de nuevo a la niñaen brazos y entramos a la cueva, el otro niño que iba con nosotros corrió dentro de la cueva y comenzó a desvanecer.
Al empezar a buscarlo notamos que en la paredes dela cueva había un rostro muyparecido a el. Su hermanita comenzó a llamarlo por su nombre “Ariel, Ariel, Ariel” entonces el contesto “aquí estoy, ayúdenme” nos grito lo mismo como 10 veces pero el tono de su voz cada vez iba...
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