La universidad como institución e instituyente
Páginas: 15 (3602 palabras)
Publicado: 28 de septiembre de 2010
La universidad: institución e instituyente
Héctor Ramos Sandoval
“¿Qué hay que admirar más, la plasticidad casi total de la psique
con respecto a la formación social que la sujeta o su capacidad invencible
de preservar su núcleo gonádico y su imaginación radical,
poniendo con esto en jaque, por lo menos parcialmente,
la escolaridad soportada perpetuamente?”
C. Castoriadis.
Eneste trabajo se reflexiona acerca de como nos asumimos al ser universitarios y la posibilidad de hacerlo de otras maneras, a partir de que como seres humanos natural y culturalmente tenemos la capacidad de imaginarnos distintos. El texto es apenas un esbozo sobre los imaginarios sociales que los docentes y los alumnos han hecho propios, por influencia misma de la sociedad, y sus gravesrepercusiones en las relaciones educativas que son vividas en una universidad.
Inmersos en la cotidianeidad educativa quienes nos movemos en la universidad – especialmente los alumnos y los maestros-, caracterizada para estos por una serie de requerimientos administrativos y académicos (acordar con los directivos materias a impartir; reuniones de inicio de cursos; elaboración de programas de estudio;redacción del cronograma de actividades; aplicar y calificar exámenes; entrega de calificaciones) y para aquellos por una serie de exigencias establecidas por maestros y directivos, hace difícil la reflexión crítica acerca de esa realidad, tanto así que suele parecer algo natural.
En las universidades mexicanas es posible encontrar dos tipos de docentes. El primero, conformadoprofesionistas, cuya actividad laboral se centra en la docencia, por lo que suele llamárseles “profesores de carrera”. El segundo, constituido por quienes dedican poco de su tiempo a enseñar, a veces se les llama “docentes por hora”. Para unos por su inmersión en esa realidad cotidiana; para otros, por el poco tiempo que dedican a la docencia, la universidad no es un tópico a discutir, a repensar; no esun tema para dialogar, si acaso se dialoga será sobre los problemas que regularmente se viven en las aulas y se compartirán las “mejores tácticas” para resolverlos.
Los estudiantes universitarios, por lo general jóvenes entre los 18 y los 25 años, caracterizados por “…sentir en la propia piel el escalofrío de una sociedad vacía de futuro […] con un agudo sentimiento de extravío y desaliento…” ,viven una sociedad que parece ver solamente en ellos su capacidad para consumir todo lo que, según el proyecto capitalista, da identidad a la “juventud moderna”: celular, prendas de vestir de marca, música y grupos musicales, antros, alcohol y en el peor de los casos droga, lo cual debe ser una carga existencial muy difícil de soportar, y a ello es necesario agregar las demandas propias de losestudios superiores.
Entonces, es frecuente que los universitarios no sean conscientes, no quieran o no puedan plantearse preguntas que problematicen lo que diariamente somos y hacemos como tales; no se cuestiona aquello que nos han dicho que un universitario es y hace. Simplemente lo vivimos. Tan sólo ejecutamos lo que nos indican: un programa, cierto método de evaluación, determinada manerade conducirnos en clase, tareas, exámenes. Algunos serán osados y criticarán políticas, actividades, horarios, maestros, a los mismos directivos, pero siempre a escondidas, cuidándose de no ser escuchados por quiénes no son dignos de su confianza. La reflexión profunda comúnmente está ausente.
La universidad no suele ser puesta en la mesa de la reflexión como tópico para pensarse por susmejores voces: alumnos y docentes. Tienen más importancia las actividades, la rutina escolar. Y así, la universidad camina por un camino alguna vez imaginado, alguna vez pensado. Camino –a veces llamado Misión, Visión, Modelo Educativo- que puede no ser el que se recorre en la realidad. No importa si los resultados son aceptables. Asistimos a la adaptación, al asesinato de los sueños y las utopías;...
Héctor Ramos Sandoval
“¿Qué hay que admirar más, la plasticidad casi total de la psique
con respecto a la formación social que la sujeta o su capacidad invencible
de preservar su núcleo gonádico y su imaginación radical,
poniendo con esto en jaque, por lo menos parcialmente,
la escolaridad soportada perpetuamente?”
C. Castoriadis.
Eneste trabajo se reflexiona acerca de como nos asumimos al ser universitarios y la posibilidad de hacerlo de otras maneras, a partir de que como seres humanos natural y culturalmente tenemos la capacidad de imaginarnos distintos. El texto es apenas un esbozo sobre los imaginarios sociales que los docentes y los alumnos han hecho propios, por influencia misma de la sociedad, y sus gravesrepercusiones en las relaciones educativas que son vividas en una universidad.
Inmersos en la cotidianeidad educativa quienes nos movemos en la universidad – especialmente los alumnos y los maestros-, caracterizada para estos por una serie de requerimientos administrativos y académicos (acordar con los directivos materias a impartir; reuniones de inicio de cursos; elaboración de programas de estudio;redacción del cronograma de actividades; aplicar y calificar exámenes; entrega de calificaciones) y para aquellos por una serie de exigencias establecidas por maestros y directivos, hace difícil la reflexión crítica acerca de esa realidad, tanto así que suele parecer algo natural.
En las universidades mexicanas es posible encontrar dos tipos de docentes. El primero, conformadoprofesionistas, cuya actividad laboral se centra en la docencia, por lo que suele llamárseles “profesores de carrera”. El segundo, constituido por quienes dedican poco de su tiempo a enseñar, a veces se les llama “docentes por hora”. Para unos por su inmersión en esa realidad cotidiana; para otros, por el poco tiempo que dedican a la docencia, la universidad no es un tópico a discutir, a repensar; no esun tema para dialogar, si acaso se dialoga será sobre los problemas que regularmente se viven en las aulas y se compartirán las “mejores tácticas” para resolverlos.
Los estudiantes universitarios, por lo general jóvenes entre los 18 y los 25 años, caracterizados por “…sentir en la propia piel el escalofrío de una sociedad vacía de futuro […] con un agudo sentimiento de extravío y desaliento…” ,viven una sociedad que parece ver solamente en ellos su capacidad para consumir todo lo que, según el proyecto capitalista, da identidad a la “juventud moderna”: celular, prendas de vestir de marca, música y grupos musicales, antros, alcohol y en el peor de los casos droga, lo cual debe ser una carga existencial muy difícil de soportar, y a ello es necesario agregar las demandas propias de losestudios superiores.
Entonces, es frecuente que los universitarios no sean conscientes, no quieran o no puedan plantearse preguntas que problematicen lo que diariamente somos y hacemos como tales; no se cuestiona aquello que nos han dicho que un universitario es y hace. Simplemente lo vivimos. Tan sólo ejecutamos lo que nos indican: un programa, cierto método de evaluación, determinada manerade conducirnos en clase, tareas, exámenes. Algunos serán osados y criticarán políticas, actividades, horarios, maestros, a los mismos directivos, pero siempre a escondidas, cuidándose de no ser escuchados por quiénes no son dignos de su confianza. La reflexión profunda comúnmente está ausente.
La universidad no suele ser puesta en la mesa de la reflexión como tópico para pensarse por susmejores voces: alumnos y docentes. Tienen más importancia las actividades, la rutina escolar. Y así, la universidad camina por un camino alguna vez imaginado, alguna vez pensado. Camino –a veces llamado Misión, Visión, Modelo Educativo- que puede no ser el que se recorre en la realidad. No importa si los resultados son aceptables. Asistimos a la adaptación, al asesinato de los sueños y las utopías;...
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