La verdad y el sentido de la vida se hallan en lo oculto
El gran filósofo habla de un “arte de vivir” que transmuta la vida en una antesala del “Reino de los Cielos” y que es inspirado y guiado por una entidad de origen divino que se halla oculta en nuestro interior, la esencia del ser humano, el Yo real y verdadero. La filosofía era para este excelso griego el medio para hallarlo y realizar una vida plena en todos los sentidos. A lolargo de la historia pocos lo han logrado, convirtiéndose en una “misión imposible” que ha justificado la impotencia general. A lo largo de la historia pocos lo han logrado, convirtiéndose en una “misión imposible” que explica la impotencia o rendición inicial con las que la mayoría justifica las innegables “dificultades” de un adulto para conseguirlo.
El Maestro Jesús nos enseñó cómo hacerlo,pero es evidente que tras dos mil años de ser difundida su enseñanza, la mayoría de los seres humanos no la comprenden y a la citada misión imposible se ha añadido la opinión extendida de que el “Reino de los Cielos” es una utopía, un lugar que no existe. No es cierto.
Jesús comunicó e insistió en la necesidad y condición de recuperar la inocencia y bondad del niño unidas al entendimiento deladulto, como la mejor forma para salir de la jungla en la que los adultos han convertido la vida en común desde tiempos inmemoriables, desde la “caída de la humanidad”.
“En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu Santo y dijo: “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre,porque así te agradó”. Lucas 10, 21
“Hermanos, no seáis niños en el entendimiento; más bien, sed bebés en la malicia, pero hombres maduros en el entendimiento” 1 Corintios 14, 20
Animo a quien me lea a que se interne en su ser a la búsqueda de su esencia. Al respecto, yo era un completo agnóstico, hasta que una quiebra total de las columnas que sustentaban mi hasta entonces sentido de lavida me compelió a buscarlo y lo encontré. Desearía que nadie necesitase un proceso tan duro como el que yo experimenté, pero también he de reconocer que ahora comprendo mejor la sabiduría que propone un sufrimiento intenso y profundo como una manera eficaz para demoler la prisión del Yo real.
Aconsejo un primer paso que consiste en identificar en uno mismo los rasgos de personalidad que hanpermanecido desde la infancia y de los que con frecuencia se reciben impresiones de añoranza. Pruébalo, trae a tu consciencia presente recuerdos de tu niñez, te sobrevendrá una inefable ternura, incluso si no fuiste todo lo feliz que hubieras deseado.
” Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: — De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como los niños, jamás entraréis enel reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el más importante en el reino de los cielos. Y cualquiera que en mi nombre reciba a un niño como éste, a mí me recibe.” Mateo 18, 2-5
Esforzándose y siendo absolutamente sincero con uno mismo, se consigue recordar en qué momento del pasado ( infancia, adolescencia o al inicio de la juventud ) el Sistema –representado por los miembros adultos de tu entorno – te atemorizó o conminó para que repudiaras tu verdadero Yo, cuándo te facilitó un cofre en el que encerrarla y la forma cómo lo enterraste en lo más profundo de ti mismo, un lugar cuyo camino de acceso olvidaste con el tiempo. A medida que cumplías años, el Sistema, amparado por la ciencia y la tecnología, te ha querido “demostrar y convencer” que no...
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