La verdadera historia de la división del trabajo

INTRODUCCIÓN
¿QUIÉN MANTIENE EL FUEGO ENCENDIDO EN LA CAVERNA?

Eduardo Galeano escribe que la División Internacional del Trabajo consiste en que unas naciones se especializan en ganar y otras en perder[1]. Además afirma –casi alegremente- que el sistema Capitalista se reproduce en espiral reflejándose en las diversas relaciones que mantienen las instituciones y sus miembros entresí; es decir, lo que sucede en el hogar nada más es una fotografía móvil de lo que pasa en la nación. Sin embargo, si nos remontamos más allá de los países y el Capital, mucho antes de las tribus mismas, cuando era la horda la que merodeaba las llanuras y selvas de África; antes de inventar la agricultura y de aprender a dominar totalmente el fuego, que permitió al homínido alejarse de un gran saltode sus hermanos animales –en tecnología, entiéndase- encontramos ya, en ese entorno tan hostil al ser humano, la existencia de miembros en el grupo especializados en tareas de menor relevancia que la cacería: eran los encargados de despellejar los cadáveres. Los encargados de la recolección de raíces y frutos. Los encargados de esperar con el fuego encendido en la caverna: quizá los más débiles,que siempre los ha habido.

Es muy probable y bastante posible, que estos miembros débiles del grupo estuvieran materializados –como sucede en la actualidad- en los niños, las mujeres y los viejos. De ahí nuestra diferencia con el señor Galeano: La división de labores de producción y de reproducción es más antigua y menos simple de lo que quisiéramos y en lugar de ser el individuo reflejode su entorno social, es el individuo el origen de este entorno en todos los sentidos imaginables. Desde luego que, con el embrollo que alcanza en día la sociedad, es normal que la relación sujeto-sociedad sea una serpiente que se muerde la cola: ambos son causa y origen de sus defectos y virtudes (lastimosamente, más de aquellos que de éstas). De tal modo, si regresamos al punto primero, lacaverna, encontramos ahí el nombramiento tácito y práctico del hombre como pináculo jerárquico. Como macho dominante; atribuyéndole después calidad biológica o divina a esta cualidad social y económica, decidida poco a poco por los mismos, quienes, como jefes de la manada por cientos y cientos de años, establecieron los lineamientos de conducta social, política y económica de los miembros débiles.Karl Marx asegura que la sociedad surge y se alimenta de los conflictos históricos entre las clases[2] y no es difícil sospechar que la categoría es más simple que eso, pues el conflicto histórico puede reducirse a las clases dentro de la institución familiar. Parafraseando a Marx, la sociedad –y todos sus equipajes- sería un producto directo del conflicto histórico entre fuertes y débiles, entrejóvenes y viejos (la “brecha generacional” dirían los freudianos), entre mujeres y hombres. Esto último convertiría a la sociedad en un producto del conflicto de género.

Según lo anterior, otra vez sería la mujer la que mantiene el fuego encendido esperando que el cazador-proveedor llegue con el alimento. En la Edad Antigua, la mujer abastece de esclavos y de guerreros a las tribus y luego alos imperios, tomando el papel de educadora en el hogar. Reproducción y educación doméstica son los nobles papeles que le fueron otorgados y que la Historia resiste quitarle. Basta ver cualquier escultura o artesanía del cuerpo femenino de algún periodo anterior a la Edad Antigua y nos damos cuenta de la función social que se le adjudicaba a la mujer: son figuras sin cabeza o con la cabeza muychica, y caderas enormes representando la capacidad de reproducción. Entre los indígenas americanos, la mujer tenía no sólo papel reproductor si no también productor pero de huertos caseros (algo que sigue ocurriendo) para complementar la dieta alimenticia que lo producido o cazado por el hombre no alcanzaba a cubrir. Entre algunas tribus mayas no se concibe la infidelidad marital masculina,...