La vida en las aulas
La vida en las aulas
Para apreciar el significado de los hechos triviales del aula es necesario considerar lafrecuencia de su aparición, la uniformidad del entorno escolar y la obligatoriedad de la asistencia diaria.
La cantidad de tiempo que los niños pasan en la escuela pude ser señalada con unaprecisión considerable, pues al margen del sueño y quizá del juego, no existe otra actividad que ocupe tanto tiempo del niño como la que supone su asistencia ala escuela. Tanto así que en ocasiones la visiónhacia el profesor resulta más familiar que la del padre.
En sus esfuerzos por hacer más atractivo el ambiente escolar, los maestros dedican un tiempo considerable a su decoración, las cuales terminansiendo un poco superficiales. Tanto el maestro como el alumno se habitúan a la rutina y monotonía.
La composición de las aulas no sólo es estable, sino que está dispuesta físicamente con unaregularidad, cada alumno tiene asignado su lugar, de esta forma el maestro puede tener el control se lo que sucede y quien está presente y quien no.
Pese a la diversidad de contenidos de las materias, lasformas identificables de actividad en clase no son muy numerosas. Cada una de estas actividades principales se ejecutan a unas normas que suelen ser muy precisas.
Las miles de horas pasadas en elentorno altamente convencional de las aulas no son, en definitiva, una cuestión de elección. Sin embargo la adaptación a la vida escolar requiere del estudiante que se acostumbre a vivir bajo lacondición constante de las palabras y acciones serán medidas por otros. Así pues los alumnos se enfrentan como miembros de una masa, como receptores potenciales de elogios o reproches y como peones de lasautoridades institucionales a unos aspectos de la realidad que, al menos durante los años de la niñez, están relativamente limitados a las horas transcurridas en las clases.
El objetivo de este...
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