La Vida Es Otra Cosa
Marcio Veloz Maggiolo
Jeannette
Miller
nos
entrega
una
especie
de
tratado
de
la
temporalidad, manejando de manera precisa fórmulas de una
simultaneidad que se presentacomo parte de un haz de vidas que
buscan un destino que nunca será el planeado, porque como dice el
título de su novela: realmente la vida es otra cosa. En el mundo
creado por la novelista se ve laangustia social como un punto clave
de la vivencia dominicana de nuestros días. La ruralidad y la vida
urbana
se
enfrentan
al
través
de
personajes
bien
descritos,
novedosos, navegantes de unmar proceloso en el que las incidencias
apuntan hacia la ruptura de una moral que se forjaría antes de la
dictadura
de
Trujillo,
y
que
muerto
el
dictador,
vendría
a
resquebrajarse en busca deotra más liberal y peligrosa a veces que
la coagulada moral de la dictadura. Lo de hoy y lo de ayer se fusionan
en lucha diría que desigual, porque cada personaje responde
obligadamente más a lo queha sido que a lo que ha deseado ser.
Armada con apuntes casi biográficos para cada personaje, concertada
según el temperamento de cada uno, y manejados los ámbitos con
maestría, esta primera novelanace ya veterana, y tiene uno la
sensación de que así como en su libro de cuentos titulado Cuentos de
Mujeres son los personajes los que encarnan la tragedia, en La vida
es otra cosa, es la tragedia laque encarna los personajes. La vida
manda, la vida tiene discurso propio, y dentro de la fonética que la
vida procrea ella misma dice cuánto ha de ser. Ahí está María con su
abandono y su desolación acuestas en lucha para levantar una
familia que no se levanta; o Lourdes, vieja militante de ideologías
casi olvidadas, ahora cercana a unas creencias que no fueron las que
encarnaban
en
su
almacuando
era
seguidora
de
izquierdas
difuminadas y distantes. Ahí está Miguel con su punto de mira en la
mujer que nunca será suya; Miguel, en cuya cabeza se prenden las
ideas de bienestar que...
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