La vida lactea

"Era la vida misma de la madre lo que bebía de sus pechos el niño”,
escribía William M. Thackeray en “La feria de las vanidades” (1848) (Tomo
II. Orbis. Barcelona, 1990, p. 37). Cuando un niño nace pasa de recibir “la
vida” por el conducto fijo del cordón umbilical, a hacerlo por los conductos
temporales del seno materno, a los que se ancla en cada toma. Los pechos
funcionan como unaadvertencia: algún día desaparecerán todas las ayudas y
deberá “buscarse la vida” por sí mismo.

Los pechos pueden dar “la vida” por las vías más insospechadas. La oveja Dolly,
el primer mamífero clonado, se desarrolló a partir de una célula mamaria.
No hay que olvidar que se la llamó Dolly en homenaje a la cantante country
Dolly Parton, de pechos exuberantes (del latín ex, fuera y uber, ubre, estoes,
ubre rebosante). Pero este es otro cantar.

“No emparedéis mis senos [...] que me traigan todos los días a mi hijo [...].
Mientras me queden unas gotas de vida, bajarán hasta la punta de mis senos
para alimentar al hijo que traje al mundo”, suplicaba la protagonista
del relato de Margarite Yourcenar “La leche de la muerte”, inspirado en el
folclore de los Balcanes. Una mujer a la quesus cuñados emparedaron, pero
a la que permitieron dos aberturas en el muro, una para sus pechos y otra
para los ojos, para poder contemplar cómo la leche le aprovechaba a su hijo:
“Aquellas pupilas acabaron por licuarse y dejaron lugar a dos órbitas huecas,
en cuyo fondo veíase la Muerte, pero el pecho joven permanecía intacto y
durante dos años más [...] continuaba mamando del surtidormilagroso, hasta
que el niño dejó de mamar por su propia voluntad” (Cuentos orientales.
Suma de letras. Barcelona, 2000, p. 64, 66).

¿Qué clase de alimento ofrece la lactancia para que se le prodiguen semejantes
calificativos? ¿Qué mágica areola rodea a ese modo de alimentarse que no
exige siquiera ningún tipo de modales, que nos recuerda, como pocas cosas,
nuestra primitiva condición animal?Introducción

“Nacer y desconocer que la efímera infancia, / río de leche que huye sin ninguna
gota amarga, / es la edad más feliz”. Recitando estos versos de Víctor
Hugo (Antología poética. Orbis. Barcelona, 1998, p. 173) uno empieza a
comprender por qué Adán y Eva fueron expulsados del paraíso, ¿cómo podían
habitarlo los que nunca fueron amamantados?
Aunque la infancia no sea tan felizcomo nos la pinta la memoria, pintora
de brocha gorda, nuestra primera etapa vital (si uno tuvo la suerte de que lo
quisieran y protegieran cuando era un bebé), pudo acercarse algo más a este
ideal. Llorábamos, es cierto, pero al menos se nos olvidaba que habíamos llorado.
Cuando crecemos no vuelven a darse estas circunstancias, como decía
Leon Bloyd: “El sufrir pasa, el haber sufrido no pasajamás”.
Pero, ¿qué significa la leche para un bebé y para su madre? La lactancia es
algo más que una manera de alimentarse. En la novela “Elia” (1845) de Fernán
Caballero, María relata el caso de una mujer dada a los vicios, que según
paría se deshacía del bebé arrojándolo al río. El cura la conminó a que si se
veía tentada a hacerlo de nuevo antes le diese el pecho al recién nacido. “Lamujer obedeció: la primera vez que volvió a parir dio el pecho a su criatura,
fue enseguida a la ventana para echarla al río; pero [...] ¡no pudo! La estrechó
sobre su corazón, deshecha en lágrimas, se hizo madre, y volvió a la virtud”
(Alianza. Madrid, 1968, p. 155).
Para lactar no hay que sentarse a la mesa, ni saber utilizar los cubiertos, sólo
hay que saber volcarse sobre la fuente y bebera morro, y sin embargo pocos
gestos como este están tan relacionados con tantos campos diferentes,
aun sin pertenecer plenamente a ninguno de ellos. Como veremos en los
próximos capítulos la historia de la lactancia se asienta sobre muchas patas
inestables: es una historia de la gastronomía, de leches y calostros, y no lo es;
es una historia del erotismo, de pechos y pudores, y no lo es; es...