La vida y la muerte en los tiempos de la revolución

La vida y la muerte en tiempos de la revolución.

La sexualidad en México a principios del siglo XX.

Tras el rompimiento del Estado (y por ende de la sociedad) con la Iglesia Católica a principios del siglo XIX, era bastante lógico que los mexicanos concibieran la sexualidad, hasta ese entonces un tabú, como una posibilidad de goce sin estar vinculados a la idea del pecado. Es decir, seavecinaba el despertar sexual mexicano.
Sin embargo, no existían las condiciones para que la sociedad mexicana ejerciera su sexualidad de manera libre. Era una época marcada por los conflictos, una revolución social se estaba gestando y no había tiempo de desarrollar una conciencia sexual profunda. Es de suponerse que una sexualidad plena requiere de un entorno social en paz, ya que en un entorno enconflicto y violento en demasía no podría considerarse como una prioridad. El sexo era simplemente un acto de placer corporal y nada más, no era necesario ahondar en el asunto.
A finales del Porfiriato, una revolución sexual parecía inminente; la tranquilidad política, la economía en vías de desarrollo, el intercambio constante de ideas permitió que se viviera una sexualidad más abierta. Sinlugar a dudas la sociedad mexicana poseía en ese entonces un pensamiento más abierto que el del México post-independiente, en el cual la Iglesia aún tenía mucho peso. Había que desprenderse del pasado, acercarse más a una forma de pensar primermundista donde la sexualidad era vista con mayor naturalidad.
Claro está que desde siempre se ha tenido la concepción del mexicano como un ser machista; elhombre mexicano siempre está por arriba de la mujer, quienes “únicamente son buenas para desempeñar labores del hogar y tener contentos a sus maridos”. Esta figura del mexicano proviene del México de ese entonces, donde la igualdad de género era inexistente además de impensable.
El hombre tenía el mundo (o en este caso el país) a sus pies por el simple hecho de ser hombre. En lo que a sexualidad serefiere, el “disfrute” estaba al alcance de su mano. Era completamente normal que entrada la adolescencia, los jóvenes fueran llevados por sus padres a los burdeles para “hacerlos hombrecitos”; así se heredaba el machismo, se le asignaba al hombre el papel a desempeñar por el resto de su vida.
Una vez alcanzada la mayoría de edad, en gran parte de los casos, el hombre estaba “bien vivido”. Noera de extrañarse que siguieran frecuentando los burdeles y casas de citas, además de las prostitutas que se contrataban en distintas calles, para seguir “curtiéndose”. Así el hombre se iba formando sexualmente.
Llegado el momento de sentar cabeza, habiendo elegido una buena y dedicada esposa, el hombre tenía una experiencia sexual bastante amplia. Pero si en algún momento la mujer dejaba decomplacer al hombre, éste podía “darle vuelo a la hilacha” y volver a los antros que antaño visitaba, o bien conseguirse una amante. Era el tiempo de los famosos “segundos frentes” que no eran tan mal vistos; la doble moral mexicana se hacía presente.
La situación de la mujer era muy distinta; ellas no contaban con todas esas libertades y desempeñaban un rol más bien sumiso. Ni hablar de un despertarsexual a corta edad, debían mantenerse vírgenes hasta el matrimonio; de no hacerlo, se veían reducidas a unas “simples putas”. El himen de la mujer debía estar intacto llegada la hora de contraer nupcias; de no ser así, era humillada por su esposo ante los demás. En muchos casos inclusive se hacía “justicia”, dando pie a un sadismo que no puede ser considerado humano.
Además, una mujer casada nopodía engañar a su marido; debía serle fiel hasta la muerte. En caso de no hacerlo, además de ser mal vista por la sociedad, el cónyuge podía ponerle fin a su vida, bajo pretexto de “salvaguardar su honor” y el hecho no se veía penalizado. Había que defender la figura del hombre; del macho.
No debe olvidarse a una minoría de la población que desde entonces se hace presente: los homosexuales. Si...