la vida
Aquí os dejo un discurso que se leyó en Santander el domingo pasado, antes de la entrada en vigor de la ley del aborto. Es un gran discurso, emocionante y quete hace pensar:
Buenas tardes, soy médico psiquiatra y me gustaría compartir con ustedes unas breves reflexiones.
Cuando uno elige la profesión de médico, lo hace para seguir unos principios:curar, a veces (cuando se pueda); aliviar, apoyar y cuidar, siempre.
Desde la universidad se nos inculca –con independencia de nuestra religión, ideología política, etc- que “lo primero es no dañar”, yque somos los únicos y principales responsables de nuestros pacientes.
Si bien es cierto que solemos contar con un equipo humano que nos forma y apoya, la toma de decisiones importantes – la horade la verdad- es un trabajo individual. Estamos solos en nuestra decisión final, consensuada con el paciente, y contamos como recursos con nuestro conocimiento, con sentido común y con nuestraconciencia.
Y es ese sentido común, esa conciencia, la que hace en mi caso, que cada día me plantee ante el sufrimiento de una persona la siguiente cuestión: “Si este paciente fuera mi vecino, mi amigo,mi familiar ¿qué haría para resolver su problema?” y con ello intento esforzarme al máximo en el ejercicio de la medicina.
Porque en mi profesión no todo es “sota, caballo y rey”; no todo estáescrito en medicina, todavía debemos plantearnos muchas cuestiones y barajar alternativas, buscando lo que mejor resuelva cada caso en particular.
Todas estas decisiones, todas estas alternativas seconsideran como “el arte del ejercicio de la medicina” y es nuestra base fundamental. Cuantas más alternativas consideremos y estudiemos, más individualizado y exacto será el tratamiento que lospacientes reciban.
Pues bien, este arte, está proximidad, este conocimiento del individuo, puede desaparecer.
Desde mi experiencia como médico de familia, y posteriormente como médico psiquiatra, he...
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