La vida
Todos los seres humanos sobre la Tierra en nuestro sano juicio, siempre deseamos lo mejor para nosotros mismos y aspiramos a ellocon todas nuestras fuerzas. Inclusive en ocasiones haciendo sacrificios que normalmente no haríamos por nuestra autocompasión. Sin embargo impulsados por ese ideal, llámesemeta, sueño, e inclusive, capricho estamos dispuestos a mover cielo y tierra a fin de alcanzarlo o lograrlo.
No obstante, en muchas ocasiones esas metas o sueños sonenfocados hacia cosas que a la posteridad no redundad en beneficios duraderos… Muchos se centran en acumular riquezas, bienes materiales, acciones, etc. Cosas que si se miradesde un punto de vista objetivista, no merecen tanta importancia en comparación del poder disfrutar de ellos, es decir, de poseer ese bien perecedero y fugaz, como lo es lavida.
De nada valdría poseerla si no podemos disfrutar de ella. Por ello, pienso que se debe empezar por invertir en ella. Utilizar nuestros recursos a nuestradisposición para poder alcanzar un nivel de vida saludable, pero ante todo, de calidad. Pero no me refiero con “calidad de vida” a la que el sistema mercantilista propone como ideal:aquella llena de lujos y placeres, pero vacía en su propio contexto.
Una verdadera “calidad de vida” es aquella que es equilibrada en lo material y en lo espiritual.Aquella donde las cosas físicas tienen un lugar específico no más allá de donde debería ir y, por supuesto, muy por debajo a lo que nos hace humanos, la parte espiritual. Esaque nos puede hacernos felices de verdad.
Por lo tanto, no es la meta en sí el ideal sino la vida, el cómo se vive, el cómo se disfruta. Para eso estamos aquí.
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