la vida

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I )esde esa ocasión lo he sequillo de cerca, .1 través de sir. l i
I iros, nrlíailos, columnas y conferencias, los cuales me son de ohli
da referencia, tanto por el profundo contenido académico, éliro \
sociológico de los planteamientos, como por la autoridad i n l e l e c i i i . i l
y moral de quien los expone. Algunas de sus obras constituyen alio
ra material de necesariaconsulta en Santa Fe Ralito, donde perm.i
lientamente se llevan a cabo seminarios, cursos y talleres de forma
ción democrática, inducción a la tolerancia y construcción de convivencia.
Doctor Pizarro: nada de lo hasta aquí dicho tiene que ver con
el objeto de esta carta pública, la cual escribo motivado por la lecli 1 1 . 1
de la columna titulada «Peleas inútiles» que el diario El Tiempopublicó el pasado 11 de octubre, cuyo contenido tiene la rúbrica de dos
colombianos con enorme estatura moral. Y esos son precisamente
usted y la viuda de Carlos Pizarro, que hoy nos convocan a una seria
reflexión sobre el «equilibrio entre los requerimientos de la paz y las
necesidades de la justicia», el «fundamentalismo humanitario», las
«verdades históricas absolutas» y el reto de «mirar haciadelante»;
todo en medio del encono oportunista, torpe y sectario de unos y
otros que lanzan misiles contra los procesos de paz de hoy y de ayer.
La evocación de la muerte violenta de su hermano Carlos, asesinado cuando surcaba caminos de paz por el cielo de Colombia, no
alteró su espíritu para lanzar en compañía de la señora de Pizarro
i "-a proclama que con tanto valor patriótico invita apensar en los
muertos de mañana, más que en los muertos de ayer. Este gesto de
j',i andeza, por parte de quienes también han sido destinatarios de la
v i< >li 'ncia, me llevó a sentir vergüenza ajena por ese episodio doloroso,
i|iie envolvió a un miembro de esta organización con la muerte del
legendario dirigente del M-19.
I )el)o i-on fosarle que en este accidentado escenario de las nej-oiuñones, no han sido pocas las veces que el Estado Mayor de la

orj',ani/..ici()ii pareciera sucumbir ante el peso de l.i incomprensión \
l . i hostilidad. Sin embargo, el mensaje y el ejemplo de- colombianos,
t orno usted y la señora de Pizarro, nos transmiten aliento, perseve
lancin y fe para esta compleja empresa.
Hago propicia la oportunidad para invitarlo, en comunidad
con el Estado Mayor ala cabeza del comandante Salvatore Mancuso,
a usted, a la señora del ex comandante Pizarro León-Gómez y a todas las víctimas de la violencia fratricida: intelectuales, dirigentes
políticos, directivos sindicales, líderes indígenas, entre otros, para
que llevemos a cabo en Santa Fe Ralito un diálogo amplio y franco
sobre las realidades del país, de la guerra y de la paz, a partir delconocimiento de la verdad verdadera, como principio reparador por
excelencia.
Ernesto Báez de la Serna

Nuestra propuesta
de incorporación
a las Fuerzas Armadas
JL

J.

HMMMMMHHMMMMMMHMMMIBMI

26 DE OCTUBRE DE 2004

PESAR DE QUE EL ALTO Comisionado de I'a/, ha
sido reiterativo, en expresar la posición del Gobierno de no conside
rar la inclusión de parte de los ex combatientesdesmovilizados .il
sector público, nosotros insistiremos en abrir el debate- en torno a la
creación una suerte de organismo oficial, encargado de la ejecu»
de algunas tareas muy específicas.

.122

( 'u.nulo estamos próximos a iniciar la primera lase del | M
so tic desmovilizaciones de nuestra organización iirmculii, IH >•• p.i
conveniente ante el país, hacer públicos algunos planteamiento!
brealternativas viables para la reinserción de nuestros h o m l ' i r
sociedad y al Estado colombiano. Es un hecho, que la mayoi • ¡
l a t i v a de las tropas a nuestro cargo, lo constituyen las dislinl.i ,
dones de vida digna que se les pueda ofrecer, una vez hayan l n - < I u
formal retiro de las filas de las Autodefensas Campesinas.
Comencemos por afirmar que una inmensa mayoría di .,...