la vida
Mi rostro no aparentaba locura, pero si sabía que no estaba del todo cuerdo. Los policías me miraban con un rostro que no podía expresar más que impacto y desconcierto.
Mi arma, unabrigo largo, mis ojos sin vida; era un loco.
Era la muerte en su elegante personalización, y ellos me habían visto a los ojos, ya no había escapatoria.
Hay un mundo detrás de cada pupila. Senecesita mucho coraje para mirar, explorar y asumir el riesgo de saber que no se podría regresar a ser la misma persona luego de tal colisión. Aunque si se analiza es un ejercicio innecesario pensar en lasconsecuencias cuando se puede forjar un universo de miradas con toda la esperanza que hay detrás de ellas.
En mi cumpleaños número veintidós me regaló una cigarrera. Al principio, su regalo me tomópor sorpresa puesto que en ese entonces yo no fumaba, pero él sí. No le pregunté nada, no quería que pensara que no me había gustado su regalo, así que sólo lo abracé y le di las gracias.
-Ábrelacuando llegues a casa -me dijo con una sonrisa en la cara.
Me moría de la curiosidad por saber qué era lo que contenía, por lo que al salir de la universidad corrí a casa inmediatamente y la abrí.Dentro, encontré una carta y un par de mis chocolates favoritos. Comencé a leer la carta, la verdad no recuerdo con exactitud todo lo que decía, en su mayoría eran buenos deseos y felicitaciones; pero...
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