Una novela breve, de apenas 80 páginas, escrita por Tolstoi y que leí hace muchísimo tiempo. No recordaba casi nada de su argumento, por lo que esta nueva re-lectura prácticamente ha sido como si laleyera por primera vez, como a un viejo amigo que hace años que no ves y cuando te reencuentras con él, ha cambiado tanto que apenas puedes reconocerlo, tal era mi sensación mientras leía este libro.La estructura de la novela es muy curiosa: El primer capítulo me recordó a un cuento de Chejov. Se describe el anuncio de la muerte de Ivan Ilich, las reacciones de quienes le conocían, ladescripción del velatorio… Nadie parece sentir demasiado su muerte. Al contrario, sus colegas piensan enseguida en las posibilidades de subir de escalafón, y su viuda en cómo aumentar la cuantía de supensión de viudedad. El velatorio es descrito como puro teatro de las apariencias, se va para cumplir pero realmente nadie parece sentir una tristeza o condolencia verdadera, ni siquiera la viuda. Si lahistoria se hubiera terminado aquí, no habría importado demasiado por este capítulo tiene entidad propia, funciona por sí solo (aunque nada de lo que se cuenta después considero que esté de más o quesobre).
En los siguientes capítulos se nos describe, con una envidiable capacidad de síntesis, la biografía personal de Ivan Ilich hasta que muere víctima de una enfermedad renal. Cada uno de ellosparece poseer unas características diferentes, aun sin perder, en ningún momento, la continuidad necesaria para que el texto avance con fluidez.
Así, los primeros capítulos se ocupan de contardetalles de la vida del alto funcionario, una existencia de lo más normal y corriente, de una vulgaridad aplastante: la típica desilusión ante el fracaso de la vida matrimonial, la fría y distante relacióncon sus hijos, la inevitable obsesión por conseguir un puesto con mayor remuneración económica… En este bloque, pienso que está muy conseguida la descripción de lo que podía ser la vida de...
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