La viuda de Apablaza
LA VIUDA DE APABLAZA
Germán Luco Cruchaga
ACTO PRIMERO
En el otoño
La acción ocurre en un lugar al sur y al interior de Temuco, alrededor de 1925. Patio interior de vieja casona de campo cuyas ventanas se abren al corredor donde se guardan los caballos de madera con las monturas, las riendas, lazos, yugos, arados y aperos campesinos. Lateral izquierda, ancho portalónde bodega. A su lado, un gran montón de paja.
Decorando el corredor, maceteros de cardenales y jaulas con pájaros nativos. REMIGIO, FIDEL y CUSTODIO juegan a la rayuela. Derecha, CELINDA aviva el fuego del brasero, sentada en un piso junto a la mesilla con los menesteres del mate. Después de jugar, los tres se acercan a la raya, y discuten.
REMIGIO: ¡Quemaíta! Al puro pelo...
FIDEL: Dospor cinco.
CUSTODIO: A mano.
REMIGIO: ¡Chi! ¡Cómo a mano ey vos perdiste cuatro y yo llevo cinco!
CUSTODIO: Los cinco deos de la mano p’s, cabro...
REMIGIO: Gracioso el niño. Pa jugar hay que tener formaliá... Los recontra a quemás y con maulas…
CELINDA: ¿Y no pueen irse ajuar a otro lao? La zalagarda que tienen los peazos de treiles...
REMIGIO: No se enoje pus, Celindita... Si espuro juguete no más...
CUSTODIO: Si no apostamos ni cobre...
CELINDA: Así será, pero si los merece rochar mi tía, los encumbra...
FIDEL: Y qué vamos a hacer si Ñico no se entriega los aperos.
CELINDA: ¿Cómo? ¿Y Ñico ónde está?
FIDEL: Ratazo que no lo vimos... Antes de terminar la lechaúra salió p’al bajo a buscar la vaquilla Pampa, que estaba pasá e cuenta...
REMIGIO:Y hará comouna menguante que lo estamos esperando...
CELINDA: ¡Güen dar con el hombre éste! Onde diablos se habrá metío... Contimás que mi tía se las tiene sentenciá... ¿Y aónde están los aperos pa entregárselos?
CUSTODIO: Si ey están los yugos; pero las coyundas las guarda Ñico, con llave, en la caja de las herramientas, porque en la noche vienen a comérselas los perros del indio Curimil...REMIGIO: Pero la viúa tiene la llave mestra... Píasela usted.
CELINDA (Se acerca a una de las ventanas): Oiga, tía... Aquí dicen éstos que les empreste la llave mestra p’abrir el cajón de las herramientas; que a Ñico no lo pueen hallar, que salió a buscar la vaquillona Pampa que está pasá e cuenta... y las coyundas están ey.
LA VIUDA (Apareciendo con su gran moño de cohete, blusa de percal de colorvivo con las mangas a los codos y con zuecos): ¿Qué decís, Celinda? ¿Que Ñico no ha entregado los aperos y ya con el sol alto? ¡Me cachis con el peazo de mugre éste! Tomá las llaves vos, Custodio, y saca las coyundas. Si una tiene que andar metía en too... Son las nueve y los bueyes d’iociosos... Vos, Fidel, anda p’al bajo a buscar al Ñico... (Mutis de Fidel. Custodio entra a la bodega). Moleerae gente, sacando la güelta a too tiro y una llamándolos aquí... Hase visto... ¿Me tenís el mate preparao?
CELINDA: Ya está lavá la yerba... y ey ta el cedrón y ey ta l’azúcar quemá...
LA VIUDA (Sentada, mateando, a Remigio): ¿Y vos?
REMIGIO:¡Mande!
LA VIUDA: ¿Qué hacís parao ey?
REMIGIO:¡Chi! Esperar las coyundas p’s, patrona...
LA VIUDA: Anda a buscar a Ñico también.
REMIGIO:Gueno, su mercé... (Iniciando el mutis). No puee vivir sin Ñico... Ya parecimos perdigueros detrás d’él.
LA VIUDA: Y vos... ¿qué me icís de esta farta? Encomodarla a una, qu’es la dueña, por el Ñico. ¡Puchas digo! Y recoja guachos.
CELINDA: ¿Le cebo otro mate, tía?
LA VIUDA: No... Se me avinagran cuando tengo estas molestias. Me aflatulento. Ñico acabará por matarme... ¡Ay, qué sofoco!¡Uf! Cuándo será el día que éste entre por güen camino y se le quite lo maula... Apostaría que anda vichando coipos por el estero... ¡Pa qué necesitará coipos si conmigo tiene de un cuantuay...! Pero no van a ser pencazos los que le voy a dar... Mal mandao, mal agradecío... mal guacho... ¿Pero ónde estará el Ñico? ¡A puchas con el escarabajo grande! (Llegan Fidel y Remigio y sale de la bodega...
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