Laberinto de la soledad ensayo

Octavio Paz Lozano, nace un martes 31 de marzo de 1914, para esculpir a través de su cincel más poderoso, la palabra, un número generoso de obras, que lo llevarían inevitablemente al premio Nobel en 1990.
El laberinto de la soledad se consagra como uno de los más importantes libros del señor Paz, un atrevido poeta que se inmiscuye en lo más íntimo de la sociedad en la que vivo. Despojar de sussabanas y desnudar una forma de ser tan fascinante, -más aun, siendo el mismo parte de ese ente- fue sin duda un reto para el escritor.
Su valentía no sólo le otorga una capacidad de análisis profunda, sino que además le permite transmitir una idea, -susceptible a interpretación de todos y cada uno de ‘’los hijos de la chingada’’- que sintetiza la identidad de los mexicanos en nueve ensayos.
Elcuarto ensayo ‘’Los hijos de la Malinche’’ nos empotra primeramente con un panorama general de México a la altura mística de la India, o la China -arraigados a nuestra religión y nuestras tradiciones- así, somos los hombres que no podríamos jamás dejar escapar un suspiro de nuestro verdadero ser, sin fiesta, alcohol o muerte. ¿Necesito ver partir a alguien para ser yo?
Una serie de preguntas sedesenvuelven de los postulados que ofrece Paz, -mismos que parecieran sus ideas brotan como cempasúchil en campos de octubre- que probablemente, en algún momento del escrito se halle uno mismo en la trampa de no querer creerlo.
Es cierto, el miedo nos envenena, yo, nosotros, somos producto de miles de contextos sociales e históricos.
Particularmente lo referente a la madre, a nuestra condición dehijos, a nuestro padre y sobre todo los tres en conjunto, convierten a este ensayo en un ensayo crudo, discierne nuestra personalidad con palabras difíciles de leer, pero que están en el lugar que deberían. Estos tres nos trasladan a lo que no quisiéramos, el verbo. No quisiéramos, porque entendernos a nosotros mismos supone un reto vergonzoso.
Chingar, es una pieza con significados tanprofundos de nuestro ser, que sentarnos a hablar de ello está prohibido, como es indebido hablar de equipos de futbol, sexualidad, religión y demás, -según propone Álvaro Gordoa especialista en imagen pública-, también el chingar, considero, es un tema intocable.

Aunque quisiéramos soslayarlo, no hay verbo que nos embelese tanto -o nos encolerice sin escrúpulos- como el verbo ‘’chingar’’, conocemos eléxtasis a través de él, y somos el más poderoso al condenar a alguien con la nada. Mandar a la ‘’chingada’’, se traduce como el menos piadoso de los destinos pero en lo vedado hay dolor y traición, hay sangre –algunas veces- y humillación, y en nuestra anécdota lo hay.
Todas las conjeturas que armó el señor Paz en este ensayo nos llevaron al verbo, -de forma primaria, secundaria o terciaria, perolo hicieron- además este también es un estado, y para dicho estado hacen falta circunstancias. Encuentro como tesis principal del ensayo, el hermetismo mexicano –la soledad- el verbo, la madre y nuestra condición de hijos son las primerísimas explicaciones de este.
Nací para conocer a dos entidades potencialmente dañinas para mi formación psicológica, el patriarca, Hernán Cortes, la Trinidad,Dios padre, como se apetezca llamarle; por su parte la madre, ultrajada, cautivada, engañada y violada, -morena tenías que ser cantarían algunas estudiantinas-, la Malinche.Lo que finalmente me convierte en el hijo hipócrita. No quisiera ser cruel o irreverente en la forma de expresarme, pero un ensayo acerca de un ensayo crudo, es natural que sea crudo.
El hijo de la mujer violada, es un lugar queme hace sentir avergonzada, pues después de todo, soy una bastarda, producto de un ‘’macho’’ sinvergüenza cuyas ’’chingaderas’’ me han condenado a saberme caída. Definitivamente escucho el silencio a mi alrededor, caer en esta peculiar espiral seduce mis sentidos al hermetismo, ¿Por qué he de ser abiertamente bastarda? ¿Tal vez adorando hipócritamente a la pasividad de mi madre sea yo menos...