Ladrilleros

“El Pájaro lamiendo, mordiendo, chupando la espalda ajena, dando manotazos con la mano libre; el otro, conduciendo, ayudando, escupiendo en su palma y ensalivándose el culo, manoteándole la verga y metiéndosela bien adentro; el Pájaro mareado, agarrándole la pija para no caerse en el charco de meo y vómito que inunda el piso del excusado, agarrándosela y pajeándolo como si la del otro fuese lasuya, empujando de atrás con tanta fuerza que parece mismo que la chota que agarra es la propia que ha atravesado al compañero y le sale por el otro lado. Entonces lo pajea como si se estuviera pajeando él mismo.”1
Cuando leí por primera vez este párrafo, inmediatamente se me vino a la cabeza un nombre: Naty menstrual. La forma desopilante, genuina y hasta escatológica de Almada a la hora decontar y describir esta relación homosexual me remitió inevitablemente a Naty, a su forma de escribir, a su amor casi inhumano, casi bestial y a su escritura sublime.
Selva Almada pudo haberla leído a Naty, o no, vaya uno a saber, pero yo sí la leí.
Roland Barthes, en “La muerte del autor”, postula que el acto de escribir sufre una transformación, se reconstruye, se reforma, se convierte en unreescrito, por este motivo el autor desaparece.
Expresa que este sentido de reconstrucción múltiple que tiene el texto es lo que nos permite interactuar con tantísimos otros; por este motivo es que se la da la posibilidad a cada lector de efectuar miles de interpretaciones válidas, ya que lo que escribe un autor son ideas que pertenecen a una cultura y no propiamente a él.
Barthes nos habla de “la muertedel autor”, ya que sostiene que para la existencia del lector, la voz del autor desaparece. Muere el autor nace el lector. Nazco yo y mis múltiples sensaciones, conexiones y emociones que este libro me saca a la luz.
Los refranes:
Los miles de refranes y dichos populares, que tanto me gusta recordar, como así decirlos, aparecen en el relato y son muchos:
“Calavera no chilla”2
“Bajá los pantalonesa tomar agua”3
“Le comieron la lengua las lauchas”4
“En esta casa la plata la caga el perro”5
“Muerto el perro, se acabó la rabia”6
“Lo que se hereda no se roba”7
“Menos averigua Dios y más perdona”8
“A las armas las carga el diablo”9
El pueblo: La Cruceña.
Aparecen cientos de imágenes de la vida en el pueblo, esa vida tranquila, en donde todos conocen al otro, la vida, la doble vida, el nombredel perro, del bisabuelo y hasta del primo que ahora es prima y anda viviendo la vida loca en alguna ciudad.
Paso a citar algunas, de las muchas que hay, que despertaron particularmente en mí, un sentimiento de orgullo al estar tan bien descriptas.
“Marciano solía sentarse afuera las noches en que el calor hacía imposible quedarse adentro. (…). Todo el barrio estaba siempre afuera de las casashasta muy tarde, hasta que el cansancio era más fuerte que el calor, hasta que los cuerpos se rendían y se resignaban al soplar de las piezas con ventiladores echando aire caliente sobre las pieles transpiradas, moviendo apenas el humo de los espirales.
De chico estaba con los demás en la calle. Parecía que corree, saltar, andar en bicicleta refrescaba más que quedarse quieto. Cazaban mariposas en losfaroles de las calles o se metían en la oscuridad de los baldíos persiguiendo taca-tacas. Las encerraban en frascos de vidrio y las ponían sobre la mesa de luz y se dormían escuchando el tac-tac que hacían los bichos cuando encendían sus diminutas linternas.”10
“(…) después se había sentado afuera. La Sonia le ayudó a sacar el televisor y las dos vieron la novela y después el noticiero. Pajaritose fue a jugar a las maquinitas con los compinches, y los changos más chicos estaban jugando en la calle.”11
Leer esto me remota inmediatamente a mi pueblo natal. Respiro pueblo en cada párrafo. Algo tan sencillo como un “espiral”, una bicicleta, los niños jugando en las calles, la gente sentada afuera, el mate, el calor insoportable en las noches de verano, los sapos, los insectos, el televisor...