Laicidad es Convivencia
Laicidad es Convivencia
Entre nosotros siempre se ha identificado el laicismo con una posición clásica de anticlericalismo y fobia a “lo sagrado” quizá por el enorme peso social y político que las posiciones clericales y teocráticas han tenido en nuestra historia pero llegado este tiempo “post-moderno” entiendo que es preciso recuperar el sentido primigenio del laicismo como reglaconvivencial depurándolo de connotaciones doctrinarias legítimas pero conceptualmente ajenas al mismo en línea con lo que dice Salvador Pániker "La idea de un mundo profano, de un cosmos desacralizado, 'desmusicalizado', es un invento reciente - e ilusorio - del espíritu humano; es el gran equívoco de la tan traída y llevada modernidad. Bien está que el aparato estatal se haga laico, que se genereuna ética civil y que la enseñanza se emancipe de las iglesias. Pero eso en nada tiene que ver con el supuesto ' desencantamiento' del mundo (...) Es precisamente el logos, y no el mito, el que nos devuelve a una realidad infinitamente misteriosa, velada, terrible y fascinante."1
El concepto de laicidad como idea política y constitucional y su correspondiente denominación laicismo para señalar alpartidario de la laicidad tiene efectivamente su origen en Francia y en algunas de sus formulaciones está muy condicionado por su origen francés, por sus antecedentes históricos con mas o menos fundamento enraizados en la Revolución Francesa, por su desarrollo en el marco del debate entre clericales y anticlericales en el contexto político del siglo XIX bajo la constitución de la III República.2Esta connotación tan francesa no afecta, a mi juicio al núcleo esencial de la idea de la que pueden encontrarse ecos otras tradiciones jurídicas o en el famoso debate entre liberales y comunitaristas protagonizado por autores como Rawls3 y su famosa “posición original” y sus críticos Sandel4, MacIntyre5 Sólo los aspectos mas adjetivos del debate pueden reducirse al escenario francés, aspectosdel concepto en los que muchas veces se confunden cosas muy dispares haciendo de él algo heteróclito e inútil y además difícil de proyectar al marco del derecho y de las instituciones de la Unión Europea. Creo por ello que es imprescindible rescatar el núcleo eficiente de laicidad, aquello que lo hace valioso y nos permite reconsiderar los fundamentos de todo lo político liberándolo de aquellasadherencias que perjudican la claridad conceptual del mismo. No es otra la tarea que aquella que propone Eugenio Trías de secularizar la razón, apeandola del tratamiento sagrado - la Razón - que ha venido, de manera inconsciente y difusa a recibir no para cancelarla sino para convalidarla y hacerla efectiva en sus ámbitos de solvencia6.
A mi juicio la verdadera virtualidad de la laicidad no sereduce a un debate entre clericales y anticlericales ( debate por otro lado siempre interesante) sino que consiste en algo mucho mas valioso y de mas calado político, a saber : pretender un orden político que no se limite a ser una mera exaltación o celebración de la comunidad sobre la que se funda, para llegar así a establecer un poder público al servicio de los ciudadanos personalmenteconsiderados y en su condición de tales y no tanto en función de su identidad nacionalitaria, étnica, de clase o religiosa.
Conforme a ese propósito laico el centro y fundamento de lo político, no es por lo tanto ninguna esencia colectiva, ni el “ius sanguinis”, ni la adhesión a una fe revelada por muy verdadera que esta sea , ni por supuesto la gloria de una dinastía o la hegemonía de una etnia sino larealización material y moral de un ideal de convivencia: Libertad, Igualdad, Fraternidad.
La cuestión a tratar es, partiendo del reconocimiento de la consustancialidad comunitaria del individuo como dar a la Comunidad lo que es suyo salvando al mismo tiempo el proyecto de un poder societario que garantice la autonomía del individuo no sólo frente al poder político mismo sino incluso frente a...
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