Laicisismo garantia de libertad de creencias
Si las estructuras, funciones y finalidades del Estado dependieran de las concepciones religiosas de los sectores interesados en imprimirle su modelo ideológico a la sociedad, sería el anacronismo político más escandaloso de la historia, porque habría un Estado organizado y conviviendo con los adelantos materiales de la tecnología y la ciencia delSiglo XXI, orientado y funcionando según los cánones ideológicos de obscuras etapas del pasado de la humanidad. Pero, por ventura, eso ya no es posible, aun cuando, como en nuestro país, se haya vivido durante más tiempo bajo regímenes reaccionarios que en democracia.
Ese anacronismo no pasa de ser una idea especulativa, porque ¿a quién le puede importar ahora que el origen del Estado le seaubicado en la voluntad divina, si en la realidad existe y funciona (y se siente) como la expresión organizada del poder económico y político de clases dominantes mundanas bien identificadas? De repente se leen versiones idealizadas de sistemas de vida, como aquella de que el Estado debería guiarse por las encíclicas de uno, otro o de todos los Papas, porque profundizan en los “apremiantes temas de lasociedad, la Iglesia y el Estado”. Se conocen de la sabiduría de las encíclicas, pero tiempos ha que el Estado dejó de ser el instrumento de poder guiado esas opiniones, por muchos privilegios que los gobernantes les sigan otorgando a su Iglesia.
Que los partidarios de la fusión Estado-Iglesia crean que puede volver la Edad Media, es una nostalgia suya que no es necesario cuestionar. Pero la vidasocial no transcurre por rumbos predeterminados clericalmente a través de dogmas y encíclicas, sino por lo que la sociedad, en medio de sus contradicciones, logra conquistar buscando el progreso humano, económico, científico y técnico, que objetivamente por nada se aparta ni un ápice de su realidad, así estas contradicciones hayan sido y sean crueles y cruentas, unas veces, pacíficas yhumanistas, otras. Las sacras palabras nunca han podido evitar que la humanidad viva su realidad.
Las guerras y la paz entre los Estados nunca las han determinado los dogmas, aunque quienes los pregonan hayan sido responsables, alguna vez, de provocar guerras religiosas, manipular a sus actores o de beneficiarse de ellas. ¿Qué más cosas como la inquisición pudo haber hecho la Iglesia con el Estado bajosu poder absoluto, si como institución rectora de la fe y la vida de la gente hubiera prevalecido por siempre? Tal vez se hubieran multiplicado situaciones crueles como la inquisición, tal vez no. De todas formas, es lógico suponerlo pensando en cómo actuó la Iglesia cuando podía ostentar su supremacía; cuando en la historia su poder y su autoridad eran indivisibles de la autoridad y del podercivil opresor, y ambos poderes eran dueños del Estado.
Por eso es que la burguesía revolucionaria de casi dos siglos y medio atrás decidió conquistar la humanista y democrática separación del Estado y de la Iglesia. Con ello, conquistó la oportunidad de que se ejercitara la libertad de conciencia, y que el Estado fuera laico para garantizar esa libertad a todas las creencias. El laicismo fue uno delos pasos esenciales para democratizar a la sociedad a través de una función democrática del Estado. Aquí salta una paradoja: ahora que amplios sectores de la sociedad no burgueses han creado fuerzas suficientes para reclamar y llevar más cerca de la realidad los principios originales de la democracia (poder del pueblo, para el pueblo y por el pueblo), la mayoría de la burguesía pone resistenciaa que este principio prevalezca y se haga efectivo. Eso es consecuencia (¿o inconsecuencia?) de que sus intereses se hayan multiplicado y crecido tanto, que ahora, hasta el laicismo se le ha convertido en algo inconveniente.
La burguesía europea eliminó la confusión Iglesia-Estado como un estorbo para su desarrollo hace 217 años, y la aún larvada burguesía nicaragüense lo eliminó 104 años...
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