Lala

Feli retoco su make up, estiro su remera y volteo su cuerpo para ver su cola en el espejo. Su atuendo, negro, era indicado para esa noche. Ya era casi medianoche.
Puli prendió un cigarrillo y se sentó a esperar el remis. Jugó con su perro hasta que una bocina le indico que debía apagar la luz y cerrar con llave.
El remis carecía de un rumbo exacto, pero su primer destino era el apartamento desu amiga. Ambas sabían perfectamente lo que esa noche ocurriría. Una lo había planeado todo mientras que la otra, lo intuía perfectamente. Ambas en completa sintonía. Ambas de acuerdo. Ambas a gusto. Ansiosas.
El coche se detuvo nuevamente y unos tacones rojos cruzaron la galería hasta llegar al auto. En este ya se encontraban las únicas pasajeras. Feli indico el destino final.
Luego de variosminutos de silencio, el conductor miro por el espejo retrovisor. Una de ellas lo miraba fijamente. El conducto retiro su mirada rápidamente. El silencio no cesaba. Ninguna de las dos tenía intenciones de romperlo.
Pronto el destino se encontró bajo dos pares de tacones finos. Uno fucsia y otro negro. Eran prácticamente nuevos. Se trataba de dos hermosas mujeres que se complementaban. Juntasobtenían lo que deseaban. Y lo tenían muy en claro. De frente a ellas se encontraba un edificio no muy alto. Ingresaron. Aun guardaban el silencio.
En el ascensor revisaron sus atuendos y una mirada indicó que todo iba a la perfección. Se tomaron de las manos. Ingresaron al apartamento con una increíble vista al río y a la ciudad. Era la clase de lugar que se permitían frecuentar. Se traba de una menteclara, con objetivos muy precisos. Los detalles no solían zafarse. Una vez mas todo se hallaba en orden ahí dentro.
Cruzaron el vestíbulo y un grupo de hombres, que rondaba los veinticinco años, no se distrajo mucho al saludarlas. Alrededor de una mesa baja todos se acomodaron. Las chicas se sentaron separadas. Ellas solo conocían a dos de ellos. Feli acepto un trago y sonrío buscando lacomplicidad. Puli sonrío. Eso indicaba claramente el comienzo.
El grupo de gente comenzó a distenderse. Las paredes calidas, con una simple decoración, acompañaban una reunión sin humo. Comenzaron a interactuar como grupo mientras Feli, intercalaba la charla con besos de uno de los chicos que conocía. Iván, Ivo, aún no recordaba su nombre a la perfección. Pasaron lo minutos y las chicas ya se sentían agusto, conversaban y sonreían con total soltura.
Feli no podía evitar desviar su mirada hacia las lolas que su amiga, con ligereza, ocultaba tras un vestido verde, de corte recto por donde se lo mirase. Era ceñido a la cadera y junto con unos elegantes tacones negros especialmente elegidos, por su amiga para ella, lucia esbelta, elegante e irradiaba de simpatía. Estaba claro que la minara deFelicitas no era la única que se desviaba, pero si, era la única algo fuera de lo común para la apreciación del resto del grupo.
Iván rozaba a Feli a la vista de todos, mientras ella ni siquiera lo notaba. A medida que pasaban los minutos se volvía impaciente y deseaba que su planes comenzaran a correr y no se detuvieran en ese apartamento con Iván y sus amigos. Ellos no eran lo que ella había planeadoy Puli lo intuía perfectamente. Encontraba cierto placer en el dejarse llevar. Sabia que se encontraba al lado de una mujer que sabía lo que quería y a donde la llevaría. Paula no dudaba de que esa noche iba a ser genial, pero no hablaba demás. Su discreción ocultaba su inseguridad y a la vez su deseo. Pero eso no era un problema y lo sabía, se encontraba al lado de un amiga como la suya. Habíanformado una relación donde no se hallaban muchas palabras compartidas, pero las cosas se encontraban eran muy claras. Eso a Puli la hacia sentir a gusto.

De repente la adrenalina cruzo sus cuerpos, y estallo en un mirada. El plan comenzaba a rodar. El grupo se dividió en dos autos. Por un lado un grupo de chicos de los que no recordaban el nombre, y por el otro Iván, las chicas y su amigo,...