lala
Garcilaso de la Vega
(1501-1536)
Soneto XIII
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
loscabellos qu'el oro escurecían;
de áspera corteza se cubrían 5
los tiernos miembros que aun bullendo 'staban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía 10
este árbol, que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezcacada día
la causa y la razón por que lloraba!
Carminum I, 11 («Carpe diem»)
[Poema: Texto completo]
Horacio
No pretendas saber, pues no está permitido,
el fin que a mí y a ti, Leucónoe,nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los números Babilónicos.
Mejor será aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que Júpiter
te conceda, o sea éste el último,
el que ahorahace que el mar Tirreno
rompa contra los opuestos cantiles.
No seas loca, filtra tus vinos
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientras hablamos, huye el tiempoenvidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo.
No fíes del incierto mañana.
Garcilaso de la Vega
(1501-1536)
Soneto XXIII
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la coloren vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena 5
del oro se escogió, con vuelo presto,
por elhermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado 10
cubra de nieve la hermosa cumbre;marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Luis de Góngora
(1561-1627)
Mientras por competir
Mientras...
Regístrate para leer el documento completo.